Emily Upjohn y Tuesday, entre ambas, el Olimpo o el olvido
Vaya celebración, cumplir tres años el mismo día que vences en el Oaks de Epsom y por poco más de una escasa nariz de ventaja. ¡El sueño cumplido de toda yegua! A Tuesday le tendrían que haber llamado Friday, por el día en el que habitualmente se disputa la gran clásica para las yeguas, por lo menos desde 1996 en el que las tradiciones de Epsom dieron un vuelco para enclavarse en el fin de semana. Como regalo de cumpleaños, los espíritus de Epsom obsequiaron a esta hija de Galileo un problema encima de su máxima rival, Emily Upjohn, en forma de traspiés nada más salir de los cajones
¡Feliz Cumpleaños, Tuesday!
Difícilmente hubiera Frankie Dettori realizado la largada que diseñó sobre esta yegua de Gosden de haber saltado de los cajones sin mayor contratiempo. La hija de Sea The Stars tuvo que hacer un mayor recorrido por el exterior y venir desde más lejos en la recta final, algo que más que probablemente le costó la carrera. Es curioso que sea prima hermana de Harzand, el macho que ganó el Derby de Epsom de 2016, aunque tuvo que superar un problema en un casco durante el viaje, resuelto en la misma mañana de la carrera.
Por todo ello, y por la escasa ventaja en la línea de meta, que precisó una foto finish y fue descrita oficialmente como “corta cabeza”, no parece que los epítetos que la prensa dedicamos a los grandes campeones los merezca en exclusiva Tuesday, sino compartidos por ambas yeguas y por la maravillosa recta que nos depararon: los dos grandes entrenadores del momento en las Islas, Gosden y O’Brien, peleando sin cuartel representados en la pista por los dos gigantes de la fusta de nuestra era, Dettori y Ryan Moore, en el escenario de los sueños de Epsom… lo mejor de lo mejor que puede presentar este deporte.
El duelo de entrenadores fue verdaderamente épico. Entre ambos habían vencido en las ocho últimas ediciones de la carrera, entre ellas la gran reina de París Enable y la también excelente Minding… propia hermana de Tuesday. Pero era el día de Aidan O’Brien, sin duda. Desde 1998 en que se adjudicó esta carrera con Shahtoush, el genio irlandés llevaba antes de este año 9 victorias en la prueba, que ahora son 10, y sobre todo con el paso por la meta de Tuesday alcanzaba el ya mencionado en estas páginas récord histórico de clásicas inglesas, el mágico número 41. Epsom lo celebró por todo lo alto: en el momento de la entrega de premios se le obsequió al entrenador con un cuadro que incluía a cada uno de los 41 caballos con los que lo ha conseguido, y se acompañó con la emisión de un video fabuloso con las llegadas de cada una de estas 41 carreras. Curiosamente el marcador estaba parado en 40 tras la disputa el año pasado de este mismo Epsom Oaks y la victoria de Snowfall montada por Dettori, esta vez el jockey de la yegua rival.
40 jockeys del presente y el pasado, con el accidentado Tylicky al frente, formaron con los colores que alguna vez habían portado, los de la Reina de Inglaterra, para celebrar el Jubileo. (Foto de Jockey Club)
Dos personajes marcaron la edición 2022 del Derby
Dos ausentes el día de la disputa del 243 Derby fueron las personas más mencionadas en los prolegómenos de la prueba magna para los machos. Una vez escribió Fernando Savater, hablando de una época en la que el Derby era una carrera de la que toda Inglaterra estaba enterado, que ningún inglés quería suicidarse antes del Derby… porque no quería despedirse sin saber quién ganaba la carrera. No señor, no es la semana del año mejor para morirse, sea o no decisión voluntaria. Pues esto lo ha hecho Lester Pigott, precisamente el jockey que más victorias, 9, había conseguido en esta carrera. El gran Lester, como es conocido en este deporte en el mundo anglosajón –en España le llamamos Pigott, igual que para nosotros los Stones son los Rolling- era toda una leyenda viviente para este deporte, no sólo por la inusitada eficacia de su oficio en cada llegada sino por la ocurrente desvergüenza marca de la casa, origen de muchas anécdotas.
Otra persona que rara vez se perdía el Derby desde los años 50 era alguien que estuvo a punto de ganarlo en 1953, justo el año en el que de quién hablamos, Elisabeth de Windsor, se convirtió en la Catedral de Westminster en Isabel II de Inglaterra. La Reina no pudo acudir en esta ocasión a su querida pradera de Surrey (una de las pocas cosas en las que coincidimos con ella) por su avanzada edad, pese a que justo un día antes del Oaks cumplía los 70 años de su coronación, y el Platinum Jubilee se celebraba durante cuatro días por todo el país y la Commonwealth con sobredosis de banderas y loas a la estirpe reinante.
Foto de Inicio: A la izquierda el poste de Epsom, a la derecha, Emily Upjohn y Tuesday por este orden. Entre ambas, el Olimpo o el olvido (Foto de Jockey Club).
Texto: Jesús de Miguel y Jorge de Miguel | jesdemiguel@europe.com / Fotos: The Jockey Club