Ser doblemente campeón, de Doma Vaquera y de Acoso y Derribo, es la prueba definitiva de la destreza y en el adiestramiento y la doma por parte de un jinete. De su nivel de equitación.

Si a eso se le añade el conocimiento que da la experiencia surgen voces incontestables como la de Ignacio de la Puerta García-Corona.

Con él charlamos acerca de la situación actual de ambas disciplinas, del Reglamento Vaquero y las dudas que genera su aplicación, y del interminable debate en torno a la raza más idónea para el mejor desempeño deportivo, entre otros temas de fuerte calado en la actualidad.

Ignacio, cuéntenos la trayectoria de su familia en lo que la cría se refiere.
“La mayoría de mis hermanos y yo no conocimos a mi abuelo, el padre de mi padre. Todavía vivía José Luis Escalera, cuando él compró las primeras yeguas que José Luis vendía a la calle. Después mi padre, que sí era muy aficionado al mundo del caballo continuó con ello, tenía yeguas de otra línea. De ahí empezó a derivar algún caballo Hispano-árabe; posteriormente echó caballos Pura Sangre Inglés, caballos Tres Sangres… Caballos funcionales del campo, como norma general. La ilusión de mi padre era que todos siguiéramos con esa afición, inclusive los nietos”.

¿Cómo va actualmente la cría de los caballos Hispano-árabes, Tres Sangres…?
“Nosotros no criamos como comercio, sino como consumo propio, digamos. Aquí los utilizamos mucho porque se hace todo a caballo; eso no quita, obviamente, que se vendan algunos. Los caballos se venden aquí cuando ya están domados. Nosotros desde hace tiempo dejamos de vender caballos antes de que estuvieran, por lo menos, con el carril cogido. Por evitar diferentes tratos a la hora de domar un caballo, que puede hacer que el carácter del animal sea diferente”.

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