La herradura: una nueva forma de ver el pie del caballo obliga a reevaluar su función

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Las herraduras más utilizadas son totalmente rígidas, contrariamente al casco que es flexible y puede reaccionar ante presiones, equilibrándose, adaptándose y deformándose.

Herradura de hierro, rígida, 8 mm. de espesor

Desde siempre, la escuela convencional de podología equina ha enseñado que la herradura (rígida) debe fusionarse con el casco (flexible). Una herradura fusionada al casco pasa a ser una extensión que anula varias de las funciones naturales del pie y conlleva a consecuencias que, a largo plazo, terminan siendo nocivas para el pie del caballo.

Tradicionalmente, recorte de casco y herrado (clavado de la herradura al casco) se unifican en un solo procedimiento, a tal punto que no se permiten espacios de luz entre el casco y la herradura recién clavada. Bajo esta técnica de herrado, no hay posibilidad de que el casco recupere sus formas y funciones.

Momento en que la herradura caliente se asienta con el fin de eliminar cualquier espacio de luz que quede entre el casco y la herradura. Técnica no recomendable si se pretende respetar los desniveles del casco que responden a presiones normales

La nueva escuela propone separar el recorte del herrado. En este concepto, la herradura deja de ser una pieza fusionada al pie del caballo y pasa a ser un cuerpo que permite al casco relajarse sobre este. Cuando esto es permitido, el pie recupera la posibilidad de equilibrarse y liberarse de posibles presiones alojadas en la estructura de su casco.

Pensando en la salud a largo plazo del caballo, lo recomendable es recortar el casco en base a su propia información (ver artículo anterior) y luego colocar la herradura normalmente, como si fuera el suelo apoyado en el casco, y no fusionado a él.

Casco recortado por sus límites naturales. Esto permitió descubrir un desequilibrio que hace visible un recorte en dos planos. Al clavar una herradura rígida, el casco se relaja sobre la misma, recuperando su equilibrio y liberando presiones. La herradura, con sus respectivas funciones, pasará a ser el suelo apoyado en el casco

Sistema tradicional de herrado VS la nueva escuela

La principal diferencia es conceptual. Hay que comenzar a entender que el recorte de casco debe separarse del asiento de la herradura.

Debe recortarse en base a la información propia del pie, respetando factores propios de este. Esto permite descubrir posibles presiones y desequilibrios. En cambio, recortando plano, sin respetar la naturaleza del pie, es imposible descubrir dichas presiones y desequilibrios. Si a este recorte plano –no recomendable– se le suma una herradura rígida que no da lugar a que el casco se relaje sobre ella, la anulación de sus funciones naturales pasa a ser demasiado perjudicial para el caballo.

Secuencia de un casco recortado por sus límites naturales y con una herradura clavada normalmente. La herradura no se encuentra fusionada al pie. Esta permite que el casco se relaje sobre su superficie. Entre cada foto han pasado 45 días. Secuencia de fotos: Andi Weishaupt

Creo que, actualmente, las escuelas que consideran al pie como una estructura flexible que reacciona ante presiones, y que la herradura puede utilizarse para que estas presiones sean liberadas y no preservadas, están un paso adelante en la podología equina.

Modificar la función de la herradura desde nuestra forma de pensar, de forma conceptual, es un avance que permite preservar en gran medida la salud de todo el caballo en conjunto.

Texto y Fotos: Daniel Anz – Podólogo herrador profesional y Director de la Escuela de Herradores y Podólogos Equinos Sierra Norte (Madrid) / Secuencia de Fotos: Andi Weishaupt


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