LA TEMPORADA 2007. (I PARTE)

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La temporada dos mil siete que ha tocado a su fin, para este que escribe ha tenido un triunfador y este no es otro que el hispano-luso afincado en La Puebla del Río llamado Diego Ventura. Esta afirmación puede traer mucha controversia, y algunos me dirán que el triunfador vuelve a ser Pablo Hermoso. A lo mejor, con los números en la mano puede parecerlo, pues el torero navarro es el que más ha toreado incluyendo la temporada americana hecha en México con 33 festejos. Si bien es verdad, Ventura no ha tenido ningún percance de índole personal, como la rotura de una pierna en el mes de Mayo en la plaza sevillana de Osuna que tuvo a Pablo apartado de los ruedos casi hasta el verano con lo que conlleva dicho retiro obligado. Aunque esta circunstancia sea muy determinante y Pablo haya tenido actuaciones brillantísimas, en el cómputo general considero a Ventura el gran triunfador por la rotundidad de sus actuaciones en las plazas de máxima importancia donde los trofeos tienen un mayor peso específico. Ahí están la salida a hombros de Sevilla, Madrid dos veces, Barcelona otras dos veces, el coso francés de Nimes y el aldabonazo de final de temporada de Zaragoza donde, después de una faena portentosa, cortó tres orejas poniendo un broche de oro a su excepcional temporada.

Por nombres: Diego y Pablo
La temporada de los dos líderes indiscutibles se ha visto empañada por las declaraciones muy poco afortunadas en los medios. Si bien es verdad, los aficionados hubieran agradecido más el enfrentamiento entre ambos en las plazas y no en los medios de comunicación especializados. Yo no digo que haya un boicot a Diego por parte de Pablo, pero sí que utiliza todos sus resortes para evitar los enfrentamientos en la plaza con el torero afincado en la Puebla. Tampoco los apoderados de Pablo, los Hermanos Chopera, empresarios importantes del orbe taurino ni los empresarios de la mayoría de las plazas del norte de España y de algunas importantes de Francia, en las que el de Puebla del Río fue triunfador el año pasado, le ofrecían condiciones que no se correspondían con lo ganado en el ruedo.

Hecha esta introducción analicemos detalladamente la temporada de los primeros del escalafón.

El primero es el navarro Pablo Hermoso de Mendoza con unos números impresionantes pero, aun siendo considerado por todos como el mandón del rejoneo y el más importante de todos los tiempos, si él no lo remedia empieza a tambalearse su reinado y ya no es el mismo de siempre. Su toreo es ahora más conservador y corre menos riesgos que antes. Esto no quiere decir que no arriesgue su integridad como se demostró en la plaza de Osuna, donde la caída le supuso la rotura de la pierna y la pérdida de muchos festejos, de la que salió con la raza que le ha aupado al primer puesto del escalafón. Al riesgo que me refiero es que en sus faenas es más conservador y no pisa los sitios que habitualmente pisaba, poniendo a todo el mundo firme desde el primer minuto. Abusa excesivamente de las corridas mixtas donde no siente la presión de los compañeros, pues los matadores de a pie luchan en escalafones diferentes. Entre un matador de a pie y uno a caballo, por mucho que les pese a los de a caballo, el riesgo es mucho menor en estos últimos y el público cambia de chip según aparezca el del “chispeante” o el de a caballo. En el afán de conservar su trono, sus carteles están encabezados por toreros que ya no luchan por alcanzar el liderato y no es necesario decir nombre pues sólo hay que remitirse a los carteles de la temporada, pues ha sido un privilegio de las figuras no abrir plaza. Pero llega un momento que por edad hay que hacerlo y no privar al público de una auténtica rivalidad, donde el sillón se ponga en juego. Estos carteles de rivalidad serían de agradecer en las ferias importantes, ya que estas ferias de altos presupuestos pueden pagar los emolumentos de los dos rejoneadores de mayor cotización del momento.

La cuadra de Pablo sigue siendo una gran cuadra, pero en estos momentos está en periodo de renovación. Su principal estrella ha sido Chenel y el tordo ‘Sármata’, el caballo más artístico del último tercio de todos los tiempos. Este tordo ha posibilitado que Pablo haya tenido muchos triunfos y le ha permitido ejecutar la suerte de matar a la perfección, pues se quedaba parado en el momento preciso para que el caballero de Estella metiera la mano y poder fulminar a sus oponentes. Lo que sí ha perdido la cuadra es esa versatilidad y realce de años anteriores, faltándole caballos más espectaculares en sus suertes, pero no es posible mantener siempre una cuadra de tan altísimo nivel. Lo que sí es un mérito indiscutible es que, exceptuando unos pocos caballos, la gran mayoría son criados por él y de su hierro; esto nos permite pensar que en esta renovación necesaria sea de total garantía. Tendrá que buscar un sustituto a Sármata para poderse asegurar los triunfos.

El otro gran triunfador de la temporada, y para mi el primero, ha sido el hispano-luso Diego Ventura, pues así lo avalan los triunfos en la Real Maestranza de Caballería y las dos salida a hombros en San Isidro, refrendado por triunfos en todas las feria de capitales de provincia y plazas de segundo. En toda la temporada no ha salido de ninguna plaza sin tocar pelo y sus salida a hombros han sido en todos los festejos en los que ha participado. Su toreo aúna cualidades tan importantes como espectacularidad, efectividad y rotundidad, toreando despacio y muy variado que hace que el espectáculo vaya aumentando a medida que va avanzando la lidia, no siendo su toreo ventajista y toreando siempre exponiendo, sacándole partido a casi todo tipo de toros y en todos los terrenos.

No se ha prodigado en corridas mixtas y no ha rehuido la pelea con ningún compañero, solicitando continuamente compartir cartel con el jinete navarro, hecho que no siempre ha sido posible. Como ya nos hemos mencionado antes en la introducción, sus triunfos en ciertas plazas no han sido aval suficiente para repetir en las mismas.

Siendo un trabajador nato, se nota la buena doma de sus caballos y la versatilidad de su cuadra teniendo caballos de salida que son capaces de esperar la salida del toro de frente en la misma puerta de chiquero en una plaza de la importancia de Madrid como ocurrió en Mayo con el castaño ‘Chocolate’. Otro de los pilares de su cuadra es el negro ‘Guaraná’, con el que es capaz de correr a los toros de costado con un temple espectacular para luego clavar de frente y al pitón contrario. La verdadera estrella de su cuadra es el tordo ‘Distinto’, un caballo capaz de andar para atrás mientras el toro arrancado se dirige a él y, una vez alcanzada su jurisdicción, quebrarlo y ejecutarle un arriesgado par de banderillas. En esta variedad de caballos esta también ‘Te’, caballo capaz de ejecutar un tercio de banderillas dirigiéndose al toro cambiando al tranco. Toda esta amalgama de buenos caballos se ve completada con un seguro caballo de matar como es ‘Mejico’ y certificando la continuidad con un caballo del que ya hice mención en el resumen de la temporada pasada cuando aún no había debutado en los ruedos. Este año ya ha tenido algunas actuaciones importantes y será el año que viene cuando el caballo empiece a dar la verdadera medida de sus cualidades y, seguramente, puede ser un caballo de los de época en el rejoneo, tanto por lo artista de sus formas como por lo despacio que torea, y es además de esos caballos que le guiñan las orejas a los toros queriéndoles morder la testuz.

Y si esto fuera poco tiene en el banquillo un hijo de ‘Isco’, que es una belleza de caballo, un hermano de padre de ‘Sinfonía’, que en cuanto adquiera mayor doma puede ser un caballo importante, y una buena cantidad de caballos de las mejores ganaderías de Portugal y de los mejores orígenes, que poco a poco irá conociendo el gran público.

Circunstancias tan adversas como la muerte de una de sus estrella, el albino ‘Trincherazo’, no han sido óbice para que se resintiera su cuadra.

Con todo estos argumentos esgrimidos y si alguien no lo remedia, por su juventud, por su cuadra y el momento artístico por el que atraviesa, está llamado a ser el que mande en años venideros.

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