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Los Círculos al paso en la competición de Doma Vaquera

PASO EN CÍRCULO A AMBAS MANOS

Qué es un círculo

El círculo puede tener hasta dieciocho metros de diámetro, abarcando, por tanto, todo el ancho de la pista, a diferencia de la vuelta, que también es un círculo pero mucho menor, con un diámetro de seis metros tan solo. Advierto que estos conceptos provienen de la equitación clásica.

Cómo hacerlo

El caballo, en un girar continuo, debe estar incurvado de forma que su columna vertebral constituya un arco como parte del círculo sobre el que se está moviendo. Y el jinete también. Según Nuno Oliveira “las espaldas del jinete, paralelas a las espaldas del caballo, deben guardar el mismo contacto sobre las dos riendas”.

Pero no hace falta irse al país vecino para recibir estos consejos. Casi dos siglos antes nuestro José Antonio de La iglesia decía: “El jinete pondrá su cuerpo en la dirección misma que lleva el caballo, adelantando el hombro y cadera de afuera, con lo cual se hallará colocado su asiento en la dirección de un radio que partiera del centro de la circunferencia, llevando también la vista como un par de varas más allá del sitio donde se halla el caballo”.

La importancia de hacer bien los círculos

Los círculos corresponden a la primera fase de la doma, al periodo de la equitación secundaria. Se trata de afirmar al caballo en los tres aires y conseguir de él poco a poco la impulsión, la colocación y la ligereza.

También hay que entrenarlo en los trabajos de dos pistas para realizar buenas incurvaciones, así como conseguir su flexibilidad longitudinal con transiciones a base de alargamientos y acortamientos.

Nuestros jinetes no conceden demasiada importancia a los círculos a pesar de cuanto dicen los grandes maestros. Para Nuno Oliveira, “si el caballo no ejecuta círculos rigurosamente perfectos e iguales a las dos manos, no puede trabajar correctamente en el resto de sus ejercicios”. Y el círculo en su grado máximo, que es la vuelta, tiene tanta importancia en Viena que, según su director, el famoso coronel Podhajsky, “los alumnos se ven obligados con frecuencia a practicar las vueltas durante dos semanas porque, a pesar de su experiencia ecuestre, no son capaces de realizarlas con corrección

La columna vertebral

¿Qué grado de incurvación puede tener un caballo? ¿La tiene igual en cualquier parte de su columna vertebral? La columna vertebral del caballo es muy larga. Sus vértebras conforman la base ósea del cuello, de la cruz, del dorso, del riñón, de la grupa y del maslo.

El caballo tiene una gran flexibilidad en todo su cuello. Podemos comprobarlo fácilmente observando un caballo en libertad. En algún momento decide rascarse detrás de la oreja con la lumbre del casco, y lo hace fácilmente doblando su cuello, aunque no las vértebras del dorso y sólo algo las del riñón. En efecto, las vértebras dorsales están imbricadas, con sus discos invertebrales, de una manera rígida, hasta el punto de que en la vejez están con frecuencia calcificadas formando un solo cuerpo. Las cinco sacras, que constituyen la base ósea de la grupa, están soldadas a lo largo de toda la vida del caballo. Desde la cruz hasta el nacimiento del maslo sólo hay algo de flexibilidad entre la última vértebra dorsal y las tres primeras lumbares. En consecuencia, el caballo se incurva muy poco, aunque lo suficiente para lo que se le va a pedir. A veces lo hace demasiado. Todos recordamos a “Coqueta”, aquella yegua de Francisco Tineo, cuyo riñón largo y flexible le hacía bambolear la grupa.

La columna vertebral en el círculo

La gimnasia a la que se somete al caballo en los círculos tiene el fin primordial de fortalecer los músculos que participan en su incurvación, dotándolos de resistencia y de elasticidad.

La columna vertebral no tiene una incurvación constante. En el círculo a la derecha, por ejemplo, se incurva cuando el pie derecho está en suspensión. El jinete percibe mejor estas ligeras ondulaciones cuando los trancos son más amplios, y debe actuar con su pierna cuando el pie de ese lado está en suspensión.

El círculo bien hecho

Hay que vigilar que el caballo describa, efectivamente, un círculo, sin agrandarlo, disminuirlo o deformarlo. El tercio posterior debe seguir las mismas huellas que el tercio anterior, y la cabeza y el cuello irán ligeramente incurvados hacia adentro.

La incurvación desplaza el centro de gravedad hacia el interior sobrecargando el lateral interno del caballo que recorre un círculo algo más pequeño que el lateral externo. En cuanto a la mano de fuera, realiza un gesto más amplio, pasando por delante de la mano de dentro.

Casi todos los jinetes realizan el círculo al paso de mayor a menor. Van cerrándose hasta terminar haciendo una vuelta, cuando el Reglamento sólo pide círculos. Pierden así un tiempo que quizás les haga falta al final.

Las ayudas

Las ayudas son sencillas, aunque requieren el máximo de sensibilidad por parte del jinete. Las piernas empujan al caballo, cuidando que mantenga el mismo ritmo y que el tercio posterior esté siempre detrás del anterior

Una pierna y una rienda actúan más que las otras, pues depende de cómo vaya realizando el círculo el caballo. La rienda derecha directa incurva cuello y cabeza en la dirección a la que va el caballo, y lo mantiene sobre el círculo. La rienda izquierda de oposición cuida que la incurvación no sea excesiva, y el peso del jinete va ligeramente a la derecha con objeto de liberar de peso el lateral izquierdo del caballo.

Advertencias

El jinete debe estar atento cuando, describiendo el círculo, el caballo se acerca a la valla de la pista, pues suele haber tendencia a seguir en línea recta y hasta a acelerarse.

Cuando el jinete decide dejar el círculo y que el caballo vaya por derecho, debe equilibrarlo repartiendo su peso por igual e igualando las ayudas de manos y piernas, para que los posteriores sigan la huella de las manos.

Texto y Fotos: La Doma Vaquera Actual de Juan Llamas editado por Grupo Lettera, S.L.

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