Se trata de un regreso con una doble finalidad, la de matar el gusanillo de la fiesta que aún late en su alma y el afán de impulsar la carrera de su hijo Luismi, con lo que se daría continuidad a la saga de los Arranz en los ruedos. “Hace falta que aprenda bien el oficio y que le vayan bien las cosas”, comenta esperanzado el veterano rejoneador.
La temporada ha comenzado para Luis Miguel Arranz en Puertollano, acompañado nada menos que de Pablo Hermoso de Mendoza. Curiosamente, ambos compartieron cartel en la primera tarde en la que el torero de Estella pisó la arena de Las Ventas en 1995.
Para esta nueva etapa, Luis Miguel Arranz cuenta con una cuadra de 23 caballos totalmente nueva que, desde comienzos de año, ha estado preparando en una preciosa finca en Olivenza, propiedad de Gregorio Moreno Pidal. “Están muy bien domados y algunos ya están haciendo cosas bastante buenas, pero necesitan torear más”. Afirma Luis Miguel, quien ha cedido su cuadra más experimentada para ayudar a su hijo Luismi a abrirse un camino en el arte del toreo a caballo.
Allá por los primeros años sesenta, las calles del madrileño del barrio de Cuatro Caminos vieron jugar al pequeño Luis Miguel y soñar con la gloria en las plazas como la conseguida en sus tres salidas a hombros de Las Ventas. Afortunadamente, los buenos aficionados todavía hoy podemos volver a disfrutar con sus banderillas a dos manos, los requiebros de sus monturas… y quién sabe cuántas tardes de éxitos le esperan aún. Desde estas páginas deseamos que tenga una buena temporada y que no pierda nunca la ilusión por sentirse torero. ¡Suerte maestro!