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Ni la lluvia ni el viento se quisieron perder el Arco ganado por Alpinista

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Baaeed el gran ausente en Arco 2022, el caballo que estaba llamado a ganarlo y ni siquiera se planteó correrlo

La yegua de cinco años Alpinista venció el domingo en Longchamp en la 101ª edición del Arco del Triunfo, la mejor carrera del otoño en toda Europa para las distancias medias, con unos invitados que si bien no eran inesperados no son los que se esperan en una prueba de tan alto nivel: justo cuando los jockeys y los caballos comenzaron a salir al paddock, con las decenas de miles de aficionados presentes en Longchamp pendientes de los 20 participantes, la lluvia y el viento quisieron apuntarse al espectáculo y comenzaron a acompañar todas las operaciones previas a la carrera y su propia disputa. Tan pronto como Luke Morris y su montura cruzaron triunfantes la línea de meta, ambos invitados meteorológicos desaparecieron como el aficionado que ha disfrutado de una nueva edición del Arco y ya no encuentra qué hacer en el hipódromo del Bosque de Bolonia

Arco del Triunfo 2022

Mark Prescott, el entrenador de 74 años que por fin vencía en el Arco tras cincuenta de profesión, anunciaba días antes de la carrera que odiaba viajar al extranjero con sus caballos, porque en caso de derrota humillante el viaje de vuelta se convertía en un calvario, en compañía del propietario malhumorado. Pues parece que la propietaria Kirsten Rausing no va a darle un mal viaje de vuelta hasta Newmarket. Alpinista ejecutó el recorrido perfecto desde los cajones de salida, preocupado Luke Morris al igual que los demás jockeys de la abundante lluvia recién caída y de la tensión que el viento da a los caballos. La colocación de la hija de Frankel fue siempre la que hacen los caballos que ganan el Arco, cerquita de la cabeza por el interior, mientras que sus dos escoltas en la meta tuvieron que bregar con un tráfico intenso durante la curva (Vadeni, 2º) y con un cajón exterior número 18 (Torquator Tasso, 3º) que le obligó a hacer mucha más distancia que la ganadora y que recordó al “quiero pero en ningún caso puedo” de Sea of Class contra Enable en 2018.

Empapados por la lluvia que cayó durante toda la carrera, los fotógrafos inmortalizan a la hija de Frankel

Si el resultado de la carrera pudiera haber cambiado con otra adjudicación de cajones, la respuesta es… quizás, dado que el segundo y tercero terminaron en aceleración plena y comiendo terreno a la yegua propiedad de Kirsten Rausing. Pero también es cierto que ésta es una justísima ganadora de la carrera, una purasangre que no conocía la derrota desde septiembre de 2020 y que según su entrenador Mark Prescott había progresado en cada una de sus salidas desde entonces, dos años atrás. Y esperaba que siguiera progresando de cara a su siguiente desafío, que podría llegar en la Breeders’ Cup pero casi seguro pasará también por la Japan Cup, donde en caso de victoria obtendría un bonus por haber ganado también el Arco de 3 millones de euros.

EL sábado se llenó también de estrellas hípicas

La jornada de carreras de calentamiento del gran día, celebradas el sábado en Longchamp, recibió también polvo de estrellas del firmamento de los purasangres. Uno de los caballos más espectaculares que hemos podido disfrutar durante este año, el irlandés de entrenamiento Kyprios, vencedor de la Copa de Oro de Ascot, dio un auténtico espectáculo en el equivalente francés de esa carrera, el Prix Cadran. A mitad de recta final llevaba una distancia sideral de ventaja cuando comenzó a hacer una diagonal hacia las tribunas mientras su jockey intentaba no caerse y mantener la progresión hacia la meta. Con todo esto, aún consiguió vencer por 20 cuerpos, en una ventaja quizá inédita en un Grupo 1, o por lo menos que no recordamos en la historia reciente. Las causas de la diagonal las explicaba su entrenador con la mezcla de la pérdida de una herradura con la sensación del caballo de que una vez resuelta la victoria al no ver rival alguno desde hacía tiempo, Kyprios considerara adecuado dirigirse ya a los establos, cuya entrada está por ese lado de la pista. Sea como fuere, también aclaró O’Brien que la calidad del caballo no se limitaba al ultrafondo, creyendo que era igualmente efectivo a 2.400 metros y a 2.000.

Todavía empeñado en enderezar a Kyprios camino de la meta, Ryan Moore se acerca peligrosamente al rail de tribunas

El otro enorme caballo visto en pista el sábado fue Erevann, probablemente en la lista de 5 mejores milleros de Europa. Una buena monta y un buen recorrido por parte de Christophe Soumillon le dieron una victoria incontestable en el Daniel Wildenstein a este ejemplar que no para de crecer. Su responsable Jean-Claude Rouget le va a reservar para el año que viene con el proyecto inicial de verle en el Queen Anne de Ascot. De este equino especialmente bien criado –hijo de Dubawi y la gran Ervedya- lo esperamos todo el año que viene si continúa con la progresión actual.

Volveremos a ver a Erevann dirigiéndose a meta en primera posición el año que viene

El Arco del gran ausente

No se puede recordar el Arco 2022 sin Baaeed, el caballo que estaba llamado a ganarlo y ni siquiera se planteó correrlo. Los responsables del hijo de Sea The Stars siguieron el mismo plan que en su día nos eludió un Arco con Frankel: subieron al mejor millero del año en el mundo a los 2.000 metros del Juddmonte International, y pese a que la prueba salió excelentemente, evitaron subirle 400 metros más en la distancia, y encararle con la que podría haber sido la primera derrota de su historial, dirigiéndole al plan más seguro del Champion Stakes, nuevamente 2.000 metros y disputado a la vuelta de casa.

Por segunda vez en el presente siglo, nos quedamos sin ver si ese purasangre que ha podido sobresalir por encima de todos los de su especie en Europa buscaba sus propios límites y alcanzaba un status de leyenda, llevando su dominio a un mayor rango de distancias y multiplicando su versatilidad, esa cualidad de los caballos antiguos, pero que aún hoy excita al aficionado y engrandece este deporte. Y amplía su importancia como semental.

Y un Arco aún más internacional, aún más apasionante y global, que sea auténtico Campeonato Mundial de los 2.400 metros, habría podido albergar también a Flightline, el rival de Baaeed por el título de purasangre del año. Los americanos siguen sin plantearse correr en otoño en París, y dado que Wesley Ward no suele entrenar caballos de distancias largas, ese entrenador asiduo a Royal Ascot en junio no se deja ver por Francia en octubre. Y también nos hubiera gustado, ¡ay!, ver en Longchamp a Desert Crown. Inédito desde su desahogada victoria en el Derby de Epsom de junio, el pensionista de Michael Stoute se nos sigue antojando un caballo especial que esperremos se recupere completamente de su lesión y nos demuestre su verdadero status.

Foto de inicio: Alpinista y Luke Morris en pleno esfuerzo hacia la victoria en el Arco del Triunfo

Texto y fotos: Jesús de Miguel | jesdemiguel@europe.com

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