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Podhajsky, principios y orígenes del adiestramiento

La teoría sobre el adiestramiento es el saber; sobre la práctica es el saber hacer

La forma de ejecutar el adiestramiento del caballo es muy importante por ello hay que estudiarla a fondo. Ningún manual puede tratar a fondo la cuestión del adiestramiento mediante algunas directrices generales, como es frecuente en los libros de equitación de nuestra época, se refiere el autor al siglo XX

La Equitación Clásica. Primera Parte (II)

Principios de adiestramiento del caballo

La forma de ejecutar es muy importante y hay que estudiarla a fondo. Se debe poner interés especial en la claridad absoluta, pues cuidado particular se impone para que el método de adiestramiento sea expuesto teóricamente de tal modo, que los errores no puedan producirse. Las opiniones sobre la importancia de la teoría y de la práctica pueden diferir; ambas llegan siempre a la misma conclusión y es natural que se deban completar una con otra. La mejor teoría no sirve para nada si no es seguida de la ejecución práctica que le sirve de prueba. Por otra parte, es el conocimiento teórico el que nos indica el camino de la perfección. La teoría es el saber; la práctica es el saber hacer. Pero es siempre el conocimiento el que debe preceder a la acción. La exactitud de esta tesis se revela de una forma particularmente clara en el caso de la equitación. El autodidacta seguirá siendo siempre un artesano, a pesar de los éxitos ecuestres aparentes. Sin fundamentos teóricos, la equitación no podrá llegar a ninguna parte.

Más que otro arte, la equitación está en unión íntima con el arte de vivir. Muchos de sus principios pueden, en todo tiempo, servir de reglas de conducta. Se ve claramente el extraordinario valor del deporte ecuestre. Así como el caballista no tendrá éxitos si no está equilibrado física y moralmente, el hombre tendrá necesidad de este equilibrio, especialmente en el carácter, para hacer su camino en la vida.

El caballo enseña al hombre a dominarse, le da la facultad de introducirse en el pensamiento y en las sensaciones de otro ser viviente. Estas son las cualidades extraordinariamente importantes para la conducta de nuestra vida.

En la vida, como en la equitación, un conocimiento exacto del camino a seguir nos lleva a alcanzar el éxito. Los caminos que llevan al fin pueden ser diferentes, queda por decidir cuál será el mejor, el más fácil y el más corto. El caballista lo encontrará gracias a sus conocimientos teóricos y a su destreza.

Lograr el éxito se debe al dominio del arte. Pero para seguir el buen camino le hacen falta al jinete las más importantes cualidades. Seguramente todos los caminos lleven a Roma; sean rectos o sinuosos, más cortos o más largos. Pero una vez tomada una dirección, hay que conservarla. El que cambia de dirección puede fácilmente errar el blanco y terminar por desanimarse.

Para alcanzar el éxito es muy importante saber distinguir la causa y el efecto. El efecto es fácil de comprobar, más la causa no puede ser descubierta sino por el saber, y este saber es la teoría que nosotros le damos.

Orígenes del adiestramiento

Si se quieren encontrar los orígenes utilizables del adiestramiento en la equitación clásica, lo más indicado es referirse al método seguido por la Escuela Española de Viena. Este método, desgraciadamente, se basa en una tradición oral, aunque hay algunos escritos incompletos.

Lo existente de más valor para la enseñanza son las Directivas publicadas en 1898-1899 por el teniente general von Holbein. Por razón de su brevedad, sólo bosquejan la doma a grandes rasgos y, sin embargo, denotan el conocimiento excepcional que de este arte especial tenía su autor. En estas directivas, su excelencia von Holbein ha definido claramente como signo de mucha importancia cómo siguió la marcha del adiestramiento en la Escuela Española.

Partiendo del principio de que el juicio exclusivo y el trabajo sin ayuda es perjudicial, no se darán aquí prescripciones formales, pero se indicará, como medio de mantener la marcha metódica de la educación y del adiestramiento del jinete y caballo, las obras siguientes; obras que no se contradicen en nada, sino que se completan recíprocamente:

De La Guérinière (1751).

El caballista Max von Weyrother (1814).

Louis Seeger (1844).

El barón von Oeynhausen (1845-1865).

Ellas servirán de guía y se debe anotar que es necesario considerarlas como el único método en vigor en la Escuela Española Imperial y Real, con la excepción de algunas divergencias que serán mencionadas en la presente obra de La Equitación Clásica.


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Texto y Fotos: Libro “La Equitación Clásica” de Alois Podhajsky. Editado por G. Lettera

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