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¿Por qué los caballos PRE no estuvieron en Tokio 2021?

Los caballos lusitanos encandilaron al mundo con sus aires reunidos en los JJOO. Y los españoles en casa

El discreto papel de la Doma Clásica española en los Juegos Olímpicos de Tokio nos debería hacer reflexionar sobre qué es lo que no estamos haciendo bien para no avanzar en una disciplina, en la que por nuestra tradición ecuestre deberíamos estar en lugares más altos. En España la cultura de competición ecuestre de la era moderna tiene poca tradición y menos en Doma Clásica, donde apenas llevamos dos décadas participando a nivel internacional.

Los PRE no fueron a Tokio

En los juegos olímpicos de Barcelona ’92 mandamos a nuestro buen amigo y valiente jinete Juan Matute, que ya estuviera en Seúl en 1998. En Barcelona participó con el caballo Net Pas, propiedad de su entonces alumna Alejandra Prat y domado por Juan Mª Maestre y Laso de la Vega, buen profesional y mejor persona. Toda esa fue la artillería que llevamos en doma, en unos juegos donde jugábamos en casa y cuando ya en los círculos más refinados se empezaba a hablar de Doma también para el PRE.

Habría que preguntar a Juan si le pagaron los portes o tuvo que llevar el caballo en su propio remolque. Por aquella época la RFHE solo miraba al salto de obstáculos y un poco también al Completo, pero a la Doma ni le echaba cuenta. Durante cuatro años pertenecí a la Asamblea de la Federación y conocí el funcionamiento interno de aquella Institución (por cierto, en todo el tiempo que he dedicado al caballo y a sus instituciones, fue la única vez que recibí una compensación económica. Al entrar a la Asamblea te entregaban un cheque para paliar los gastos de desplazamiento). Quienes defendíamos la Doma por aquella fecha lo llamábamos la “federación de salto”.

Con el tiempo la Doma fue imponiéndose gracias a nuestros grandes profesionales y algunos caballos que cayeron en “casa rica” y pudieron demostrar que con pan y vino también se hace el camino.

CONTUSO montado por Jose Maria Garcia Mena
El semental Contuso montado por José Antonio García Mena

 

El principal problema de nuestro deporte hípico es, como ya hemos dicho en otras ocasiones, lo contrario de lo que ocurre en otros países. Aquí todo tiene que salir de las costillas del ganadero o del profesional. Si alguno de ellos tiene la suerte de encontrarse con un caballo con aptitudes para llegar a unas olimpiadas, puede ser que represente la total ruina de su dueño, porque en España de ayudas, patrocinios u otras prebendas, como diría nuestro ex presidente Candau: “Cero cartón el siete”.

Las inversiones en el deporte, más allá de la satisfacción que representa el propio galardón, naturalmente salvo excepciones, no son rentables para muchas de las disciplinas que participan en unos juegos olímpicos. Y menos en un deporte como la hípica, que para llegar a la cumbre hacen falta algo más que una raqueta, una pértiga, o un concienzudo entrenamiento gimnástico.

En la hípica el profesional que se gana la vida con su trabajo diario, montando un determinado número de caballos, tiene muy difícil la participación en competiciones de esta envergadura. En primer lugar, tiene que conseguir un caballo importante que apunte maneras y, si tiene suerte, echarle al menos 10 años de trabajo intenso y compitiendo en pruebas nacionales e internacionales. Económicamente, como dicen en mi pueblo, esto son palabras mayores.

En un artículo anterior de esta revista comentaba un ganadero la imposibilidad que tenemos los criadores para llevar un PRE hasta Gran Premio de Doma. Esto no solo nos ocurre a los criadores de PRE, sino también al resto de razas que se crían en España, alguna de ellas especialmente para el deporte. Con envidia sana hemos visto cómo nuestros vecinos portugueses han sonado con voz propia en estos Juegos de Tokio 2021. Aunque no lograron el podio, los caballos lusitanos encandilaron al mundo con sus aires reunidos y la belleza espectacular del caballo ibérico. No sabemos lo que hubieran hecho nuestros PRE “porque se quedaron en casa”. Naturalmente, ignoro si fue por falta de preparación o por complejos de quien toma las decisiones. Lo cierto es que la participación española en esta ocasión dejó poca huella para nuestro orgullo patrio y parece que poco se habla en los medios de comunicación. Si preguntas en YouTube te salen los participantes de Atlanta, Atenas, Kentucky.

Tamarindo IV de Maipe, montado por Toni Ferreira
Tamarindo IV de Maipe, montado por Toni Ferreira

 

Es cuanto menos curioso que a un atleta, para representar a un país, se le exija ser nativo o que tenga la nacionalidad del país que representa. En el caso de la hípica, se compone de dos piezas igual de importantes; el de arriba sí tiene que cumplir las normas, pero al de abajo solo hay que actualizarle el pasaporte. Una incongruencia ¿no?

Pienso que es hora de que ANCCE y las demás Asociaciones de Criadores Nacionales, con ejemplares idóneos para esta disciplina, se pongan las pilas. Deben exigir a la Real Federación Hípica Española y al Consejo Superior de Deportes, o cuantos organismos estén implicados en el deporte hípico Nacional, que el dinero disponible no se vaya por la alcantarilla y lo dediquen a potenciar los ejemplares nacidos en nuestro país que prometan, para ayudarles económicamente y puedan llegar a las grandes competiciones internacionales. Máxime, si se tiene en cuenta que este puede ser el deporte que más puestos de trabajo crea.

Que echen cuenta de las divisas que se nos fugan de parte de aficionados españoles en la compra de caballos europeos, pensando en competir en aquellos niveles, aunque luego los resultados sean los que son. Pero de momento estamos perdiendo la posibilidad de venta de un producto español con toda la economía que arrastra desde que nace un caballo. De no tomar alguna medida seguiremos participando con marcas extranjeras en perjuicio de las nuestras. Y seguiremos yendo a las olimpiadas, claro que también fuimos en Barcelona ’92 con más moral que el alcoyano y menos herramientas que una golondrina en su travesía. Eso sí, como consuelo, siempre nos quedará Kentucky.

 

Fotografía de inicio: Bailador XXXII de Yeguada Maipe, montado por Beatriz Ferrer Salat.

Texto e imágenes: Pedro Conesa. Exdirigente de ANCCE | pedro@yeguada-maipe.com

 

Esta entrada tiene 4 comentarios

  1. Lucía

    Gran texto. La foto es preciosa, pero el pie de foto falla. Es José Antonio, no José María.

    1. Galope Digital

      Ya está corregido. Muchas gracias.

  2. Msnuel

    Es un artículo lleno de pensamiento muy generales!! muy antiguos y sobre todo lleno de ciertos apasionamientos vacíos!! no hay ni una idea positiva de renovación!! solo de comparación y las comparaciones son odiosas !!!
    De que está hablando del caballo lusitano cuando una amazona lusitana la primera vez que se
    montan e un caballo es para salir a una pista Olímpica!! que estás hablando?? El deporte no tiene nacionalidad!! Raza, color o género!!! el deporte olímpico está relacionado con la calidad, con la superación, con el entusiasmo, con la pasión y con la excelencia!!! Ya está bien de chovinismo, de exclusividad y de intereses creados hacia una raza específica!!! en España se crían muchas razas y lo importante es la unión!!! no la desunión!! Este artículo es perjudicial para la economía, para la industria, para el bienestar y para el futuro del deporte en este país!!!

  3. Nuria MIR Alba

    Bueno como Amazonas yo creo que yo creo que hace muchos años que las mujeres vamos sentadas de lado encima de los caballos es últimamente durante los 40 años últimos que vamos ahorcadas encima del caballo yo siempre siempre las mujeres de mis antepasados subieron de Amazonas eso no es ningún ninguna fábula eso es la verdad las mujeres iban sentadas de lado iguales las motos como en los animales en los caballos claro

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