¿Qué pensáis los criadores de PRE? Enviad vuestras opiniones, reflexiones,…

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Esta revista, una vez más, se pone a vuestro servicio con el único fin de que expreséis vuestras opiniones en un escaparate donde se asoman muchísimas personas que influyen y trabajan en nuestra raza. Pretendemos que indiquéis vuestras opiniones con toda la libertad, pero también con la caballerosidad y el respeto que esta editorial y nuestro caballo merecen.

Reflexiones

De un tiempo a esta parte, se observa cómo los criadores de caballos de Pura Raza Española hemos entrado en un desánimo que nos debería preocupar a todos, por varias razones. Pero la principal es porque nos estamos jugando algo que a nuestros antepasados costó muchos años crear y nosotros no podemos mantener, se trata de la mejor y más prestigiosa raza equina del mundo: el PRE.

Soy consciente de que la música de estas reflexiones no suena igual para todos los que participamos en este baile, o dicho de otra forma, a todos cuantos de una u otra manera ponemos en juego nuestros intereses: unos porque peligra nuestra inversión tanto económica como histórica y otros porque pasando por allí montaron su forma de vida.

Para bien de todos, sería bueno saber qué piensa el ganadero que cría sus potros y como decíamos en el anterior artículo de esta revista, los malvenden al destete. Podemos suponer que su motivación como criador está por los suelos, la selección le importa un carajo y le da igual criar caballos que terneros.

También conoceríamos, si nos lo contaran claro, cómo se las ingenian aquellos otros que antes criaban sus potros, los llevaban a la edad 4, 5 años y los sacaban al mercado probados y montados, para que sus compradores continuaran con la doma y le dieran a cada ejemplar la especialidad que mejor aceptara según sus aires naturales y sus condiciones físicas.

En otro tiempo, del que hablamos con frecuencia y con cierta nostalgia, el ganadero por pequeño que fuera criaba con la ilusión de seleccionar alguno de sus potros o potras para llevarlos a los Concursos Morfológicos. Con ello, comparaba sus productos con el resto de ganaderías y procurando no hacer cuentas continuaba año tras año criando con la ilusión e intentando mejorar. No me refiero a los años del todo vale, sino a tiempos anteriores cuando los precios de venta eran normales, pero dignos del producto que se sacaba al mercado.

Hoy, con los sistemas de competición de los Morfológicos, tan especializados, profesionalizados o como queramos llamarlos, se le han cerrado las puertas a este amplio número criadores, que sabiendo que no puede superar la inversión en esos niveles de preparación, alimentación y publicidad, no solo no llevan caballos a los concursos, sino que optan por la primera propuesta de esta reflexión o quedarse en casa repasando la página «Wuel».

Un número reducido de ganaderos, que por su puesto es tan respetable como los anteriores, especializado y de alto nivel adquisitivo, que compra y cría caballos especialmente para concursos de belleza, ha dominado los Morfológicos. Estos ganaderos sí lo hacen con ilusión, en algunos casos desmedida, sin importarles los costes por razones obvias y, además, con ese poderío aplastante marcan tenencias, crean las modas y hasta influyen en el prototipo racial, aunque solo sea por fatiga de los jueces que se encuentran con los mismos modelos en todos los concursos y, naturalmente, al final no conocen otros (y para colmo los concursos se utilizan como estudio de modelo estadístico y racial para el futuro). Estos últimos obtienen su beneficio en la satisfacción personal de acumular trofeos, satisfacer su ego y conseguir dar el mal o bien llamado pelotazo del campeón. El resto de los productos que no consiguen hacer campeón, solo ellos saben dónde lo colocan y el precio de venta que obtienen.

Algunos de estos “concursantes”, para no engañarse a sí mismos y de paso a sus posibles clientes, cuando publican la relación de premios obtenidos, deberían decir cuántos ejemplares había en el concurso que se trate, cuántos en la sección donde participaron y el nivel de los competidores que tenían, no solo limitarse a decir que fueron campeones de tantos o cuantos concursos.

Mientras todo esto ocurre, sería bueno escuchar la opinión de una mayoría de ganaderos de PRE sobre esta cuestión, que todos sabemos pero nadie hace nada por resolver. Es necesario competir en todos los campos y disciplinas, cuanto más mejor, también en belleza o morfología que viene a ser lo mismo. También es necesario conocer la buena mecánica y la fuerza física de los productos que criamos, aplicando la doma que sea. Nuestro caballo es conocido por su belleza, eso sí por su belleza natural (menos artificialidad en todo el recorrido), también aquí nos hemos pasado tres pueblos, tenemos que competir en igualdad de condiciones, de lo contrario el resultado es el que tenemos a día de hoy, mises altas y bellas pero no bailan por que se marean o se caen.

Que los ganaderos españoles cada vez van menos a los concursos es un hecho que se viene arrastrando desde hace algunos años, pero en este comienzo vamos a peor y menos mal que vienen de fuera de nuestras fronteras a participar -solo basta con repasar la lista de asistentes donde hay siempre tres o cuatro ganaderías extranjeras y gracia a ellas hay los animales que hay-. Esto es la pescadilla que se muerde la cola, pero nadie le pone el cascabel al gato. Cada vez hay menos caballos y menos público, y sirva como muestra un botón. Uno tan emblemático que siempre anuncian a bombo y platillo, que es el más importante de España después de SICAB, también sucumbió, como los demás.

Claro que como ya está todo inventado, en un país donde por cada tonto hay un listo, y tontos no caben más, ya ha surgido un nuevo negocio entorno a los Morfológicos, alquiler de caballos para rellenar y superar el número mínimo. ¿Hay quien dé más?

Si los ganaderos fuéramos taxistas, chalecos amarillos, o controladores de aeropuertos, haríamos huelga de brazos caídos para reivindicar nuestros problemas, pero como somos señoritos de a caballo, nos consolamos con lamentos, desánimo y, en el peor de los casos, dejando las yeguas sin cubrir, o enviándolas a chatarra a cualquier precio, para que otros las vendan a Europa y de esta forma “mejorar la raza”.

No repetiré otra vez mis historias de cómo se mejora una raza, estas historias molestan o hacen poca gracia a quienes viven de inventar fórmulas matemáticas, o mediciones geométricas para dibujar al caballo perfecto. Con todo el respeto y cariño que me merecen estos técnicos modernos, les voy a dedicar una quintilla:

“Échale imaginación,
tiempo y cuanto quieras más,
con escuadra y cartabón
solo podrás dibujar
UN CABALLO DE CARTÓN”

Estas reflexiones que tanto preocupan a los ganaderos, cuando hablamos entre nosotros, especialmente cuando tomamos una cerveza, no se escuchan en ninguno de los foros donde se tienen que oír nuestras voces.

Tanto clamar para que fuésemos los ganaderos quienes decidiéramos los destinos de nuestro caballo, deberíamos hacernos esta pregunta: Además de la buena gestión del Libro, que aunque cara es indiscutible, ¿podemos hacer algo más? ¿A quién nos quejamos? ¿O tal vez solo lo hacemos cuando hablamos entre nosotros para que nadie nos oiga? También sobre esto tendremos que reflexionar.

Por estas y otras razones abrimos esta ventana para continuar el diálogo con los medios que hoy marcan los tiempos.

Cuéntanos tus opiniones y te ayudaremos con las nuestras hasta donde podamos. No resolveremos tus problemas. Compartiremos tus reflexiones.

Mándanos textos cortos y concretos a revistagalope@letteranet.com

No publicaremos nada que atente contra la intimidad de las personas o instituciones.

Texto y Fotos: Pedro Conesa – Criador PRE

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