El nacimiento de un potro es uno de los momentos más ilusionantes de la cría de caballos, pero conviene conocer ciertas cuestiones. Por ejemplo, saber de forma temprana si algo no va bien, antes o durante el parto, puede salvar la vida del potrillo y de la madre.

Lo que nunca debe suceder es que el potro nazca antes de los 320 días de gestación. Con esa edad se consideran potros prematuros, los cuales suelen tener muchos problemas y morir a las pocas horas o días de haber nacido.

José Aldebarán, veterinario especializado en caballos, advierte de que el principal punto que hay que tener en cuenta para asegurarse un buen parto es “cuidar la preñez. Es muy recomendable que se realicen varias ecografías para controlar la gestación, especialmente en yeguas que han tenido abortos”.

Aldebarán añade que “la alimentación necesita ajustarse en el último tercio de la gestación, cuando aumentan considerablemente los requisitos energéticos de la yegua”.

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