Tip 9: Toma de decisiones con conocimiento de causa

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Aquí hablaremos sobre cómo puedes aprender a escoger la mejor decisión en cada momento, estas decisiones harán que te relaciones mejor con tu poni o caballo, cómo entenderlos mejor y a la vez tendrás mejores resultados en pista ya que vuestra comunicación mejorará sustancialmente.

Debemos tener en cuenta muchas variables: el nivel técnico de nuestro caballo, la alimentación del mismo, el régimen de estabulación, la edad, el carácter, las experiencias vividas, el trabajo realizado los días anteriores a las montas, etc.

En muchas ocasiones, las decisiones se toman casi sin pensar, automáticamente. En otras, nos cuesta más decidir cuál es la mejor opción, el mejor camino. Los jinetes nos equivocamos, es normal. Somos humanos, en muchísimas ocasiones nos falta disponer de más información para poder decidir correctamente. No siempre es fácil tomar el mejor camino, he oído en numerosas ocasiones la frase: “Si mi caballo hablara sería mucho más fácil para mí saber cómo se siente, qué necesita, etc.”. Siempre cambio la frase por otra parecida a: “Tu caballo habla de día y de noche, alto y claro. Otra cosa muy distinta, es que no sepas entender su lenguaje, pero hablar, te aseguro que habla”. En ocasiones es muy difícil de entender ¿a que sí?

Existen diferentes motivos que hacen que nuestras decisiones no sean las adecuadas. Vamos a analizar algunos de ellos:

La pereza

Para poder tomar una buena decisión es necesario, en la mayoría de las ocasiones, invertir tiempo y esfuerzo. Debemos analizar todas las variables para escoger la mejor opción. No siempre nos tomamos el tiempo necesario para ello y por pereza escogemos la primera decisión que se nos ocurre. En el mundo del caballo todo cuenta, el más mínimo detalle nos puede hacer cambiar el resultado considerablemente. No podemos montar sin tener presentes todos nuestros sentidos, todo nuestro ser y nuestra capacidad de reacción. El más mínimo despiste se nos cobrará muy caro por parte del caballo ya que él sí está atento, el sí está con todos sus sentidos al 100% en todo momento. Hay que tomar la decisión de una manera consciente usando toda nuestra capacidad de raciocinio mezclada con la sensibilidad despierta para poder acertar y tomar la mejor decisión en ese preciso momento.

Indecisión

Montar a caballo es liderar a un caballo . Liderar no significa someter. La indecisión a mi modo de ver es una de las más usuales. En muchas ocasiones los jinetes no se atreven a decidir por inseguridad, no saben si su decisión será mejor que la que quiere tomar el caballo. Dejar la puerta abierta a las decisiones de los caballos y no tomar ninguna decisión puede ser peor que tomar una decisión inadecuada. Decidir demasiado tarde tampoco nos ayudará y en muchas ocasiones agrandará el problema.

Estar al día

Existen numerosos estudios sobre el comportamiento de los caballos. Cada día está más a nuestro alcance cómo sienten y viven los caballos. Es importante conocer la manera de sentir y de vivir de los caballos para conocerlos mejor. Constantemente se está ampliando esta información. También mejoran las técnicas de equitación, técnicas sobre mantenimiento, alimentación, el tiempo libre de nuestro caballo, el equipo que usamos para montarlo, etc. Existen muchas variables que cada jinete debe tener en cuenta para poderlo aplicar a su caballo. Solo desde el conocimiento podremos decidir qué es lo que más le conviene en cada ocasión.

Exceso de prudencia

En ocasiones somos demasiado prudentes en nuestras decisiones. La mejor decisión debe ser precisa, en cuanto al tiempo, el momento concreto, a la intensidad de la aplicación de la decisión. Debes acertar todas estas graduaciones en cada una de tus decisiones. Cuando montamos a caballo, nuestras ayudas pueden tener una intensidad concreta, en un momento determinado y también con una intención concreta. En el mundo del caballo lo que sentimos es muy importante, nuestra intención es captada por los caballos y ellos deciden si les gusta nuestra intención y nos contestan muy rapidamente. Los caballos son esponjas de nuestras emociones, algo que siempre me ha parecido muy difícil de medir y de calcular. Los caballos son expertos en sentirlas y vivirlas. Su percepción y sensibilidad va mucho más allá de lo que puede ir nuestra percepción sensorial. Este punto hay que tenerlo muy en cuenta mientras montamos.

Falta de conocimientos técnicos

Una de las causas más habituales cuando se toman decisiones erróneas con conocimiento de causa es la falta de conocimientos técnicos por parte del jinete o por parte de quien maneja nuestros caballos. Os voy a poner un ejemplo: Estamos colocando el equipo a nuestro caballo para montarlo, nuestro caballo es muy sensible a la cincha y posiblemente tenga carácter algo explosivo que significa que reacciona rápida y explosivamente a nuestras acciones. Si nuestro mozo le aprieta la cincha de golpe el caballo posiblemente se tirará al suelo mostrando dolor e incomodidad extrema. Si no conocemos esta reacción no podremos identificar que esta reacción ha sido debida a un apretón de cincha demasiado brusco. La próxima vez que cinchemos a este mismo caballo deberemos tener en cuenta su sensibilidad. Conocemos la causa concreta que le molesta al caballo y sabemos que si no tenemos cuidado en apretar la cincha poco a poco nos vamos a encontrar de nuevo con el mismo problema. Por tanto, los conocimientos técnicos deben servirnos para tomar la mejor decisión para nuestro caballo. Debemos buscar la técnica necesaria y dejarnos asesorar por expertos cuando nos encontramos con situaciones que no podemos resolver. Seguramente no sabemos por falta de información y experiencia. El mundo del caballo es apasionante, pero a su vez puede ser muy peligroso no tomar la decisión precisa en el momento adecuado, es algo a tener siempre muy en cuenta.

Decisión adecuada pero comunicación errónea

Esta última me parece muy importante. En ocasiones acertamos en nuestras decisiones pero no somos capaces de comunicarlas correctamente. El proceso de comunicación tiene diferentes pasos. Si el emisor no es captado correctamente por el receptor la comunicación tiene interferencias y puede ser defectuosa. Es por este motivo que el emisor debe cerciorarse de que el receptor está en modo on. Un caballo puede estar distraído y no escucharnos en el momento de darle una ayuda o una orden. También puede ocurrir que nos oiga perfectamente, nos entienda pero no reaccione como sería previsto. Existen muchas variables a tener en cuenta. Si no se transmite de forma correcta es imposible que al caballo le llegue correctamente la orden. Casi tan importante es acertar con la decisión tomada como comunicarla adecuadamente. Algunas buenas decisiones se convierten en malas porque no se transmiten de forma correcta.

Por desgracia, suceden cosas que no nos agradan a cada momento. No hay que despreciar ningún momento . Hay que tomarse el tiempo necesario evaluando todas las variables para poder escoger la mejor opción. No debemos decidir sin ton ni son pensando que de cualquier forma el resultado va a ser malo, nuestra obligación es encontrar la mejor opción. Nuestra responsabilidad de cara a nuestros queridos caballos es exactamente esta: buscar la mejor opción para que ellos estén lo mejor posible.

La toma de decisiones exige un análisis rápido de la situación. Hay estudios que rezan que el principal factor para acertar en la toma de decisiones es el conocimiento. En primer lugar lo más importante es identificar claramente el problema que exige una decisión rápida para encontrar una solución al mismo. ¿Qué está ocurriendo exactamente? ¿Qué es lo que quiero arreglar? Si tenemos estas preguntas en la mente es que ha llegado el momento de evaluar las causas y los efectos que van a tener nuestras decisiones en un momento puntual de nuestra equitación en pista o bien del manejo de nuestro caballo pie a tierra.

A partir de estas preguntas nuestro cerebro debe crear un abanico con todas las opciones evaluando con celeridad los puntos negativos y positivos para poder escoger la mejor opción. Este proceso básicamente está compuesto por cuatro etapas:

1- Conocer e identificar el problema o situación a la que nos estamos enfrentando.

2- Identificar alternativas posibles y adecuadas.

3- Evaluar cada una de las opciones comparando pros y contras.

4- Escoger la mejor opción según nuestro análisis realizado.

Este proceso debemos realizarlo en ocasiones en menos de un segundo, por esta razón pienso que la agilidad mental y la rapidez tomando decisiones en el mundo del caballo es básico para poder crear una buena relación entre jinete y caballo. La influencia de nuestro conocimiento y experiencia en la toma de decisiones es lo que hará que estas sean acertadas. Tras muchos años interpretando causas y consecuencias queda claro que es mucho más fácil y efectivo escoger el mejor camino. Para los jóvenes de hoy puede parecerles fácil esta toma de decisiones, pero un buen profesional en el mundo del caballo debe tener muchísima experiencia. Por este motivo creo que para llegar a ser un buen jinete este debe acumular muchísimas horas de experiencia con distintos perfiles de caballos para que pueda tener esta facilidad en la toma de decisiones acertadas.

El secreto de tomar buenas decisiones es saber exactamente lo que esperas de tu caballo al tomarlas. Asumir las expectativas forma parte de esas decisiones.Finalmente, creo que nos cuesta tanto decidir porque ello significa escoger una sola de las miles de opciones posibles. Escoger una decisión significa renunciar al resto de las opciones.

Texto y Fotos: Maya Pou Batlle. Subdirectora y fundadora del CAVA. Coach de equipos de competición. Máster en Liderazgo Femenino



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