Todo lo que tienes que conocer sobre la enfermedad del virus del Nilo Occidental

  • Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:Caballos
  • Comentarios de la entrada:Sin comentarios
  • Tiempo de lectura:6 minutos de lectura

La enfermedad del virus del Nilo Occidental está considerada una enfermedad infecciosa no contagiosa, es decir, necesita un mosquito para que se pueda transmitir a otro individuo (ave, caballo o persona). El virus pertenece a un grupo llamado arbovirus, de la familia Flaviviridae, donde se encuentran otros virus que producen enfermedades nerviosas a caballos y personas.

Esta enfermedad se conoce desde hace tiempo. El primer caso donde se encontró el virus fue en una mujer en Uganda en 1937. Después se han informado diferentes brotes de la enfermedad en humanos (Israel 1957, Sudáfrica 1974, Rumania 1996, República Checa 1997, Italia 1998, Rusia y Estados Unidos 1999). En los Estados Unidos se registró el peor brote de la enfermedad afectando a miles de personas y caballos. En España se detectó en 2010, afectando a 36 cuadras en las provincias de Cádiz, Sevilla y Málaga. Entre 2010 y 2017 se han detectado 187 focos, con 208 caballos afectados y 34 caballos muertos o sacrificados. Se han diagnosticado casos en caballos en las comunidades de Andalucía, Castilla y León, Cataluña y Extremadura.

¿Cómo se transmite?

El virus normalmente afecta a las aves que actúan como reservorios de la enfermedad, ya que desarrollan síntomas leves con alta presencia del virus en sangre y suelen generar inmunidad de por vida (Passeriforme, Charadriiforme, Strigiforme y Falconiforme son los más susceptibles). Así el virus se mantiene en un ciclo ave-mosquito-ave en la naturaleza. La infección a caballos y personas ocurre cuando se presentan tres factores: 1º- Aves infectadas. 2º- Gran número de mosquitos (Culex pipiens, Culex modestus y Culex peregrinus). 3º- La presencia cercana de personas o caballos.

Se considera una enfermedad estacional, que depende de la presencia de los mosquitos para propagarse, si bien con el cambio climático cada vez se detecta la presencia de mosquitos durante más tiempo. España, al ser un país de paso para muchas aves migratorias, lleva a cabo una campaña de vigilancia en las zonas de mayor número de estas, siendo las mayores en el Parque Nacional de Doñana y el delta del Ebro. En los muestreos realizados en aves silvestres se ha detectado la presencia de anticuerpos hasta en el 34% de la población en algunas especies. A la pregunta de por qué en España siendo zona de paso de aves potencialmente portadoras del virus no se han encontrado epidemias, los expertos mencionan que se debe a que el virus circula en aves silvestres que no residen cerca de las personas. Esto podría cambiar si la infección circulara por las aves domésticas o las personas vivieran cerca de zonas con gran número de aves salvajes portadoras. Un caballo o una persona enfermos no son foco de infección para otros animales o personas.



¿Cuáles son los signos de la enfermedad?

El virus afecta al sistema nervioso central y periférico, por lo que los caballos afectados con la enfermedad pueden mostrar cambios de conducta, sensibilidad desproporciona a estímulos externos, temblores, depresión, caminar tambaleante de los posteriores y movimientos circulares. La enfermedad puede progresar y ocasionar que el caballo sea incapaz de levantarse. En los casos en los que no pueden levantarse, un tercio de los animales muere, recuperándose el resto si reciben el tratamiento de soporte necesario. En las personas, la mayoría de los casos no muestran signos, si los presentan suelen ser fiebre, dolor de cabeza e inflamación de los ganglios. En personas ancianas pueden aparecer signos nerviosos.

Diagnóstico

El diagnóstico del virus del Nilo Occidental es un reto para cualquier profesional de la salud, ya que en las fases iniciales no suele mostrar muchos signos o estos no son específicos de la enfermedad. Los análisis sanguíneos son la elección para detectar los anticuerpos contra el virus, el problema es que se necesita un mínimo de 8 a 10 días post infección para que se encuentre en sangre.

Tratamiento

No existe un tratamiento específico para la enfermedad cuando está presente. Los cuidados de soporte vital son los únicos disponibles. En algunos países se ha utilizado sueros con anticuerpos contra el virus, basado en los resultados obtenidos en personas. En los caballos se necesitan más estudios que validen este tratamiento.

Prevención

La mejor forma de luchar contra la enfermedad es la prevención. Esta se enfoca en dos puntos:

a) Lucha contra el mosquito. Se intentará que en el entorno de las cuadras de caballos no existan zonas de aguas estancadas donde este pueda reproducirse (cacharros viejos, neumáticos, etc.). Uso de mosquiteras en las ventanas, en las zonas donde la población de mosquitos sea muy abundante. Aplicación de insecticidas en las cuadras y en los animales. Trampas para mosquitos en los pasillos de la instalación. Evitar que los animales permanezcan en el horario donde los mosquitos tienen mayor actividad (amanecer y atardecer).

b) Vacunación contra el virus. En este punto hay que considerar que no solo deben vacunarse los caballos que vivan en zonas próximas a los humedales, sino también aquellos caballos que se van a desplazar a estas zonas, recordando que podemos encontrar mosquitos en zonas de España en pleno invierno.

Texto y Fotos: José Aldebarán – Veterinario

Deja una respuesta