¿Tu caballo tiene una cojera marcada y repentina de un solo miembro? Abscesos (I)

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El término absceso indica una infección (presencia de bacterias) que está acompañada por inflamación, lo que va a producir un aumento de temperatura de la zona y una cojera acusada.

Las infecciones del casco que tienen lugar en los tejidos vivos que producen la epidermis, también se denominan pododermatitis supuradas.

Los abscesos se diferencian de las escarzas en que estas últimas son tan solo un hematoma, mientras que en el absceso hay infección, dolor, calor, inflamación y cojera.

La infección tiene tendencia a expandirse pudiendo afectar a todos los tejidos del interior del casco, incluyendo tendones, cartílagos y huesos.

Estando encapsulados por tejido queratinizado (insensible), estos abscesos drenan (fistulizan) de forma característica según su localización.

Los abscesos de la suela, que son los más frecuentes, fistulizan en los bulbos (pulpejos), así como los que aparecen en la ranilla.

Los abscesos de las láminas de tejido podofiloso (láminas dérmicas) fistulizan en la corona, ascendiendo paralelamente a los túbulos córneos; finalmente los abscesos de la línea blanca pueden extenderse tanto a las láminas (fístula en corona) como a la suela (fístula en los bulbos) o a los dos.

Absceso en suela que estaba avanzando hacia el pulpejo

Absceso que ha fistulizado en pulpejos

Si el absceso se localiza próximo al estuche córneo y este es de color negro, podremos observar un punto gris negruzco, que al rebajarlo aparece húmedo. Si seguimos eliminando tejido córneo aparecerá pus maloliente de color gris oscuro. Esta tonalidad oscura es consecuencia de la liberación de pigmentos oscuros por la degradación de la sustancia córnea.

La causa más frecuente de abscesos es el denominado “clavo de calle”, que engloba todas las heridas penetrantes del estuche córneo del casco provocadas por un cuerpo extraño. La gravedad depende de la localización y del alcance de estructuras funcionalmente importantes. Suelen estar provocadas por objetos punzantes (clavos, hierros, astillas) o cortantes (vidrios, latas, etc.).

Si este accidente nos sucede durante una salida al campo, deberemos sacar inmediatamente el objeto, pero tendremos la precaución de marcar sobre la suela el lugar de penetración, y recordar el sentido de la trayectoria y la profundidad, datos importantes para que el veterinario pueda valorar, posteriormente, el alcance de la lesión.

Cuando el clima se seca repentinamente, el casco se ve sometido a una pérdida súbita de humedad lo que puede originar una grieta a nivel de las barras, pudiendo producir un absceso a este nivel, que drenará en los pulpejos.

Absceso profundo en una barra que ha drenado por el pulpejo

Si la causa es de origen traumático (una piedra contra una suela débil), el desarrollo suele durar algunos días, no entrañando excesiva gravedad.

Otras causas frecuentes de abscesos son las llamadas enclavaduras durante el proceso de herrado. Se producen cuando el clavo penetra en la parte sensible del casco (dermis), lo que producirá, generalmente, una retirada brusca del miembro por parte del animal. Al extraer el clavo se observará la salida de un poco de sangre con el mismo. Este accidente suele suceder con caballos difíciles de herrar, por su carácter o por la mala calidad de sus cascos, con paredes delgadas, rotas, excesivamente escofinadas o con hormiguillo. También por trabajar en malas condiciones de luz o bajo la lluvia, por colocar herraduras demasiado ajustadas o con las claveras demasiado en carnicera, o si hay un error en la posición del grano de cebada del clavo.

En todos los casos el accidente no suele producir problemas graves si se desinfecta la zona, se evita colocar el clavo y se vigila al caballo durante unos días.

Pueden aparecer abscesos secundarios a una infosura, como consecuencia de la colonización por bacterias infecciosas de la zona de separación laminar producida por la infosura.

En ocasiones, aparecen abscesos sin una causa aparente, como son las que acabamos de enumerar, la explicación puede ser el resultado de un proceso de eliminación toxínica por parte del organismo.

Cuando existe un absceso aparece una cojera marcada y repentina de un solo miembro. Según la localización de la infección, el caballo apoyará las lumbres o los talones. El casco aparece más caliente que el contralateral.

Para medir la temperatura objetivamente se puede usar un termógrafo de láser dirigiendo el foco sobre todo a los bulbos y comparando la temperatura en ambos casos. También se puede usar la parte interna del antebrazo, donde la piel suele ser más sensible que en las yemas de los dedos, o en la palma de la mano.

Para medir la temperatura objetivamente se puede usar un termógrafo de láser

El pulso digital es más duro de lo normal, puede ser más marcado de un lado que del otro. Si el pulso más marcado es lateral, el absceso suele ser medial y al revés.

El pulso digital es perceptible en los puntos de paso de las arterias digitales distales por los lados y detrás de los grandes sesamoideos (menudillo) y de lado y posteriormente a la cuartilla. Lo que se busca es un aumento marcado de la dureza (resistencia a la compresión) del pulso y no la velocidad del este.

Otro síntoma del absceso es el aumento de la dureza del pulso

La percusión con un martillo revela sensibilidad localizada en la parte afectada, aunque en las supuraciones difusas todo el casco es sensible a la percusión y a la palpación.

El diagnóstico de un absceso se hace en base al historial (ej.: se herró hace dos días) y a los síntomas que incluyen cojera muy fuerte de un solo miembro y los ya mencionados antes, calor, pulso, sensibilidad.

La localización del absceso se intenta con el uso de las tenazas de sondar, siendo muy difícil cuando el absceso lleva unos días de evolución y el dolor irradia por todo el casco.

El diagnóstico diferencial se tiene que hacer con el de un trauma aséptico (escarza), inflamación no complicada por bacterias, o con una fractura del tejuelo (historial, dolor difuso más profundo y a menudo menos espectacular, radiografías).

Tampoco se debe confundir con un hormiguillo, este último afecta al tejido querafiloso (láminas epidérmicas insensibles), por lo que el caballo no manifestará cojera hasta que la infección alcance el corion coronario.

El hormiguillo no produce cojera porque no afecta a los tejidos sensibles

Existen dos formas principales de tratar los abscesos, dejaremos para un futuro artículo la explicación de las mismas.

Texto y Fotos: Constantino Sánchez – Podología equina. Escuela de Herradores y Podólogos Equinos Sierra Norte


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