Los cólicos surgen más en caballos estabulados que en caballos salvajes. El caballo está diseñado para estar suelto, paseando y picoteando forraje suave todo el día. El ser humano impone su estilo de vida al caballo, y a veces, perjudicamos seriamente su salud. Si observamos las estadísticas publicadas sobre cólicos, en cada 100 caballos habrá unos cuatro cólicos durante un año, y de cada 20 cólicos se tendrá que operar uno. ¿Cómo podemos reducir estos números?

De entrada habría que identificar el tipo de cólico, para ver si hay algún factor que pueda aumentar el riesgo de causar este problema y corregir el manejo o gestión de la cuadra.

Por ejemplo, puede ocurrir que el caballo presente dolor, deshidratación, heces duras, falta de tránsito intestinal e incapacidad de orinar. Pero también es posible que el animal tenga dolor y posible desplazamiento del colon, o que se trate de una yegua adulta operada por impactación de paja.

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