Entre la doma y la nobleza
«Este país siberiano me tiene cautivada». Así comienza en este nuevo curso de la Revista Galope Digital nuestra colaboradora Lucy Rees que, de nuevo, vuelve a Tuva para estar con los pastores nómadas y descubrir espacios enormes, como siempre, entre caballos
Apenas llegados a Tuva, fuimos a Naadam, el festival anual de los pastores, donde exhiben sus mejores yurts decorados y sus artesanías tradicionales. Por supuesto, hay competiciones: la lucha, de la cual nuestro anfitrión Sayan fue campeón en el pasado; el khoomei, el canto de garganta tan extraordinario, acompañado por el igil, instrumento de cuerdas hecho enteramente de partes de caballo; y las carreras, pasión y ambición nacional. Son de 12km para potros de dos años, subiendo esta distancia a 40km para los de cuatro años.
Francamente, me daban pena. Los caballos salen incontrolables, se agotan por su mala postura invertida y terminan la carrera apenas pudiendo trotar; con un niño tirando de la boca mientras se gira a pegarles. Muchos espectadores habían venido montados y se podía ver los trancos cortos, la falta de musculatura dorsal, la cabeza levantada horizontal que revelan el miedo que han sufrido y el dolor que sufren como resultado. Sayan me confesó sus ambiciones de poner su potro PSI x Ruso en las carreras; es el potro que vimos “domado” el año pasado por manera tradicional con solo 18 meses (ir al artículo). Después de ver como sus caballos cambiaron con mi doma diferente, había decidido parar el proceso y esperarme.
El año pasado, me di cuenta que la “doma” bruta que practica esta gente tan cordial y cariñosa, sale como resultado de perder la costumbre de ordeñar las yeguas, pues esta operación requiere restringir a los potrillos, que entonces crecen mansos desde el inicio de sus vidas. Aunque aquí no estamos acostumbrados a considerar la yegua como fuente lechera, se ha descubierto que esta costumbre afectó incluso más: la evolución de E. caballus hacia su forma presente.
Los orígenes del caballo doméstico siempre han presentado un puzle para los paleontólogos. Los primeros caballos domesticados, hace 5.500 años en Kazakhstan, fueron Przewalskis, pero rápidamente fueron remplazados por E. caballus, que es más tratable. Apenas se ha visto por qué. Los Escitas, que dejaron en sus tumbas en Tuva muchos caballos sacrificados, aceleraron su evolución por seleccionar específicamente los de brazos más robustos (mejor para montar) y yeguas que fueran buenas lecheras. Estos restos demuestran cambios del ADN más rápidos que los producidos naturalmente, favoreciendo los genes que aumentan la hipófisis posterior, la fuente de la oxitocina, la hormona asociada con leche y también las relaciones cariñosas (produce también la vasopresina, que es muy similar y ayuda a retener agua, característica útil en las estepas secas).
Las relaciones cariñosas entre los caballos no se limitan a madre-potro. También tienen amigos especiales, con quienes quieren estar, haciendo las mismas cosas juntos, apoyando la cabeza en el dorso del otro, en plena confianza. Quizá, gracias a los Escitas, buscan lo mismo con nosotros: esa nobleza del caballo, su generosidad al perdonar nuestras torpezas, su afán de formar vínculos de afecto con nosotros y mostrarnos su cariño y su amistad. Es la base del querer cooperar con nosotros, lo que hace fácil su doma. Sin esto, es solo disciplina, repetición y trabajo sin gracia.
Continúa este artículo la próxima semana en la segunda parte.
Foto principal: Naadam: un jinete en ropa y casco tradicional. Su caballo es Tuvano puro, una raza rústica, resistente e inteligente en vías de recuperación después de la mezcla con sangre rusa.
Texto y Fotos: Lucy Rees. Etóloga | lucyrees5@gmail.com
