Benito Carrasco y Teo Daza se impusieron con autoridad

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La gran cita anual del Acoso y Derribo estrenaba escenario, el bonito corredero de La Palmosa, propiedad del garrochista Alfonso Carlos Fernández González, donde se ha celebrado, durante los días 18 y 19 de abril, la cuarenta edición del Campeonato de España de Acoso y Derribo, organizado por la Asociación de Garrochistas de El Rocío. En esta ocasión, tras dos emocionantes jornadas de competición, se impuso con autoridad el garrochista puebleño Benito Carrasco Barba amparado por el almonteño Teodomiro Daza Vergara.

La organización
El esforzado comité organizador, la Asociación de Garrochistas de El Rocío, con su presidente Manuel Martín Bardo al frente, no ha regateado esfuerzo alguno para ofrecer un gran Campeonato. El animoso equipo humano ha vencido las mil y una dificultades que se han presentado, ha removido “Roma con Santiago” y el final, fruto de tan arduo trabajo, ha sido un buen Campeonato que hemos podido disfrutar todos, incluido el numeroso público que abarrotó ambos días el amplio graderío instalado.

Los prolegómenos
La organización no dejó ningún cabo por atar y el viernes organizó un encuentro de bienvenida a todos los garrochistas participantes en el Bodegón Paradizo de Almonte, durante el cual se le rindió un merecido homenaje a Fernando Richar y a Javier Buendía, dos figuras esenciales para comprender la tremenda afición existente en estas tierras al Acoso y Derribo, ya que fueron ellos los pioneros que introdujeron esta bella faena en la Aldea de El Rocío. Tras entregarles sendas placas en reconocimiento a su labor, los homenajeados dirigieron unas conmovedoras palabras de agradecimiento que fueron acogidas con emoción por todos los asistentes.

El corredero
La transformación que ha sufrido el corredero de La Palmosa en el transcurso de un año ha sido asombrosa. La tremenda afición de su propietario y su compromiso personal con la celebración de este Campeonato en El Rocío han conseguido mejorarlo enormemente; siendo ahora más ancho y largo, con una perfecta visibilidad desde la posición del jurado. También se han mejorado el cerramiento del mismo y los corrales de querencia, que están ahora ubicados en el eucaliptal. Tanto el corredero como el cuadrilátero se compactaron la misma mañana del sábado, pasándole un rulo para evitar que el suelo arenoso del mismo se hiciera pesado en exceso a medida que las cuarenta colleras participantes fueran moviéndolo. Este trabajo, junto a las lluvias caídas en los días anteriores, dejaron en perfectas condiciones el piso, ya que el drenaje es muy bueno. Han sido muchos los garrochistas que se han sorprendido gratamente de las condiciones de La Palmosa.

El jurado de campo
Estaba presidido por el sevillano Carlos Cid Begines, actuando como vocales la extremeña Esther Masot Pérez y el castellano-leonés Antonio González de Pedro. Como delegado federativo estuvo nombrado el onubense Rafael Iñiguez Hernández- Pinzón. Su labor fue correcta en líneas generales. Sin duda alguna, la escasez de incidencias y el buen comportamiento de los garrochistas ayudaron enormemente a ello.

Solo poner dos objeciones: el exagerado retraso con el que comenzó la primera jornada y el excesivo parón que hubo el domingo entre la finalización de la vuelta de mansas y el inicio de la vaca final, que provocó que el público se impacientara y sonaran varias veces palmas protestando por el retraso.

El ganado
Nota destacada de este Campeonato ha sido el ganado. Su principal característica, tanto el bravo como el manso, fue lo igualado que era. El manso, todo él propiedad de Mauricio Soler Escobar, con el tamaño y el peso adecuado, ofreció un buen comportamiento ambos días. Las 5 “peponas” de la final eran impresionantes de aspecto, peso y comportamiento. Las bravas del primer día pertenecían a la Dehesa Los Recitales y las del domingo, a Mauricio Soler. Aunque ambas ofrecieron un buen comportamiento, gustaron más las del segundo día. Y, lo mejor de todo: sobraron vacas, tanto bravas como mansas, y no hubo que recurrir a vacas corridas para las repeticiones o los posibles desempates, como ocurre desgraciadamente en bastantes concursos.

Primer día
El sábado amaneció con nubes que amenazaban lluvia, por lo que preocupaba el desarrollo de la prueba; pero, aunque cayeron dos aguaceros a lo largo de la mañana, el buen drenaje del corredero permitió que la jornada se desarrollara con total normalidad. La vuelta de brava estableció una primera selección puesto que, de las cuarenta colleras participantes, solo siete consiguieron hacerle los doce puntos posibles, otras dos obtuvieron once puntos, una diez y a continuación nueve colleras con nueve puntos. Otras nueve colleras veían cómo le desaparecían las posibilidades de pasar el corte y clasificarse para la final. Se produjeron seis vacas de repetición.

La vuelta de mansa trajo bastante más igualdad y al final de la misma ocho eran las colleras que realizaban tres volteretas y, por consiguiente, obtenían los dieciocho puntos posibles. Diecisiete puntos obtenían dos colleras, con dieciséis se colocaba una, quince puntos lo obtenían ocho colleras, otras tres lograban catorce puntos y otras seis sumaban doce puntos.

Tras correrse tres vacas mansas de repetición, la clasificación provisional la encabezaba la collera integrada por Salvador Guardiola Noguera y José Ramos Jiménez con treinta puntos, todos los posibles; le seguía, con un punto menos, la collera formada por Benito Carrasco Barba y Teodomiro Daza Vergara; y la tercera posición era ocupada por los jerezanos Luis Erquicia Domecq y Juan Cid de la Corte con veintiocho puntos. A continuación, con veintisiete puntos se clasificaban las colleras Miguel Falcón Romero-Antonio de la Flor Guerrero, Juan José Rivas Serrano-Manuel Sánchez Muriel y Alfonso Carlos Fernández González-Jaime Marqués Infante.

Durante la jornada se produjeron dos caídas, las sufridas por Roberto Sangrán y Miguel Higuero, sin consecuencias, gracias a Dios, para la integridad física de los garrochistas. La nota de corte para pasar a la final se estableció en 21 puntos, lo que consiguieron veinte colleras.

Segundo día
El día amaneció espléndido y el corredero estaba a rebosar de un público expectante por presenciar un magnífico espectáculo, como así fue. Las vacas bravas corridas, del hierro de Mauricio Soler, tuvieron un comportamiento espléndido lo que, unido al gran nivel técnico de todas las colleras clasificadas, hizo que al final de esta vuelta fueran quince las colleras que le hacían los doce puntos, todos los posibles; y otra collera un punto menos, por restar un punto negativo, al caer la vaca fuera del cuadrilátero tras la segunda echada. La clasificación, que se encontraba muy cerrada y asegurando la emoción, seguía encabezada por Salvador Guardiola con 42 puntos (todos los posibles) y le pisaba los talones Benito Carrasco, con un punto menos.

La vuelta de mansa acrecentó aún más la emoción, que se mantuvo hasta el último momento, y la incertidumbre del resultado se conservó hasta la última vaca, puesto que fueron ocho colleras las que propinaron a sus vacas tres volteretas, sumando dieciocho puntos. Tras finalizar la vuelta, la clasificación era encabezada por Benito Carrasco con 59 puntos, le seguían Juan Rivas y Salvador Guardiola con 57, y Miguel Cano y Alfonso Carlos Fernández con 56. Estos cinco garrochistas serían los que disputarían la vaca final.

Final
Tras el correspondiente sorteo comenzó la final en la que se correría cinco vacas grandes. En primer lugar corrió Juan Rivas que, tras una voltereta y dos echadas, sumó doce puntos más, alcanzando 69 puntos y logrando el cuarto puesto de la clasificación. A continuación lo hizo Salvador Guardiola, que propinó dos volteretas y una echada, sumando 15 puntos más, lo que le valió el tercer puesto y la medalla de bronce. En tercer lugar salió Benito Carrasco, que también hizo 15 puntos, los que sumados a los 59 anteriores mantenía la primera posición a expensas de lo que hicieran las dos colleras restantes que, en caso de hacer 18 puntos, podían empatar para el primer puesto. Cosa que no ocurrió, puesto que Miguel Cano solo consiguió 17 puntos (al restar un punto negativo por caer la vaca fuera tras la ultima voltereta) que le valió para alzarse con la segunda posición, y Alfonso Carlos Fernández solo pudo obtener 12 puntos, que le clasificaba en 5ª posición.

Entrega de premios
Tras entregar unas placas a los patrocinadores, al jurado y a otras personas que se han distinguido por su valiosa colaboración en la realización de este Campeonato, se procedió a la entrega de varios premios especiales, a saber: Mejor Collera en conjunto: José Manuel Garrido Santos y José Garrido Palomo. Mejor Amparador: Antonio Torrado Palomo. Garrochista más joven: José Manuel Garrido Santos. Mejor echada: Juan Rivas Serrano y Manuel Sánchez Muriel. Mejor collera local: Miguel Cano Aceitón y Diego López Báñez.

A continuación, se entregaron los trofeos a los cuatro primeros clasificados y se concedieron las garrochas de oro, plata y bronce a las tres primeras colleras (premio instituido por los garrochistas de El Rocío para la posteridad). Tras imponer las medallas de oro, plata y bronce y proclamar campeones a Benito Carrasco y Teo Daza, finalizó el acto con los acordes del himno nacional y el toque de la salve al son de una pareja de tamborileros.

Vaya desde aquí nuestra sincera felicitación a los campeones, dos enormes garrochistas y mejores personas aún, que además corren sin asas y demás perejiles, y con los caballos bien domados… ¡Como debe ser!

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