La pirueta
La Pirueta, tanto al paso, trote o galope en los tres aires del caballo, es el círculo más pequeño que un caballo puede desarrollar.
¿Cuándo, cómo y dónde? Donde el jinete se lo ordene, no cuando el caballo quiera. El caballo lo sabe hacer en su aire natural. El caballo lo sabe porque lo tiene en su interior, y lo aflora como un relincho, como una alegría, como un aire en libertad. ¡La libertad! Tanto para el hombre como para el caballo, es el máximo exponente donde se expresa el arte tanto de uno como de otro.
La pirueta en los tres aires del caballo es el máximo de reunión. Donde jinete y caballo se funden y sólo con el peso del cuerpo del jinete, sin riendas ni espuelas se consigue sin violencia el círculo más pequeño deseado por el jinete.
¡Si el caballo ya lo sabe hacer en libertad! ¿A qué viene tanto enseñar? Sólo hay que recordarle, no estorbarle, y dejarle hacer…
El parón
Un parón no es una parada. Mucha gente me pregunta en qué se diferencia la Doma Clásica de la Doma Vaquera. Vivimos en una región donde se clasifican demasiado las diferentes clases de doma. Y solamente hay una doma, la única, que es cuando el jinete se encuentra su caballo entre la pierna y la mano en una perfecta armonía. Esto quiere decir, que ni la pierna puede dar más fuerza que la que puede recibir la mano, porque si aceleramos mucho con la pierna, más fuerza recibimos en la mano, esto es el tan traído y llevado “tacto ecuestre” que muy pocos jinetes entienden.
Algo parecido a esa canción que dice “mientras más acelero, más calentito me pongo”. Esta canción me dicen que es malísima pero yo creo que aplicada a los jinetes es buenísima… No puedes dar más fuerza que la justa que puedes recibir en tu mano. Si no, el caballo se te pone como esas motos que los niños corren por las calles acelerando con las piernas y frenando con las manos. ¿Qué pasa entonces? Pues muy sencillo, que el caballo se nos pone por encima de la mano y trata de escaparse. Por el contrario, si damos poca fuerza con la pierna y usamos un bocado muy fuerte, se nos pondrá por detrás de la mano, esto es en “falso”. Las dos formas son incorrectas, y por tanto, se nos puede ir un caballo.
Cuando se nos pone por encima de la mano y cuando se nos pone en falso, lo correcto e ideal es llevar el caballo en la mano, que no puede ser ni dura ni blanda, es como si en lugar de las riendas lleváramos un pajarito, que si lo abrimos se nos escapa y si lo cerramos fuertemente lo ahogamos.
El caballo tiene que tener un contacto firme, ni duro ni blando. Cuando haya que ceder la mano porque suelta las mandíbulas, se cede, que te lo agradecerá. Si no suelta las mandíbulas entonces cerramos más la mano sin llegar a una fuerza extrema porque entonces llegar la lucha y por fuerza siempre gana el caballo.
En la parada en Doma Clásica no debe hacer fuerza alguna, aunque a veces la hay y sus cuatro extremidades tienen que caer en la vertical y por igual, y el caballo firme en la mano. Ni abierto ni encapuchado, lo más parecido a una estatua ecuestre.
El parón en la Vaquera se hace ante un obstáculo, ante un toro que se embroca y hay que parar como sea si no, se tiene que tener un mal encuentro que podría tener fatales consecuencias. Quizá haya demasiada fuerza en la mano pero de lo que no cabe duda es que el caballo se ha parado y que sus corvejones arrasan por el suelo, ahora bien, este caballo tiene un toro que se le arranca y en cambio el de Doma Clásica lo que tiene por delante son tres jueces encapotados. ¡La diferencia entre Doma Vaquera y Clásica es bien palpable! ¿Para qué pregunta la gente tonterías?
Texto y Fotos: Luís Ramos-Paúl in memoriam