En este momento estás viendo ¿Quiénes son los responsables de la actual situación de la equitación? 2ª parte

¿Quiénes son los responsables de la actual situación de la equitación? 2ª parte

El dedo en la llaga: los jueces y el público

En el pasado número de esta revista se publicó la primera parte sobre los responsables de la actual situación de la equitación, en la que el Dr. Gerd Heuschmann ponía el dedo en la llaga por los jinetes aficionados y de competición, los criadores, los adiestradores y entrenadores. Ahora se cierra el círculo con los jueces y el público, todos ellos imprescindibles para la práctica de la actividad hípico-ecuestre.

 

¿Quiénes son los responsables de la actual situación de la equitación? 2ª parte

Los jueces

Los jueces desempeñan una de las funciones más importantes del sistema conjunto del deporte ecuestre actual. Pues a quien quiera que premien o declaren como ganador se convierte en ejemplo para todos los jinetes, tanto en el negocio profesional como en la equitación practicada como un hobby. Su criterio determina lo que se considera bueno y correcto en el deporte ecuestre. Las imágenes y videos de los caballos y recorridos vencedores en el deporte internacional llegan a cientos de miles de personas, superando con creces el público presente en los concursos.

La mayoría de los jinetes, que cada día pasan su tiempo libre con su caballo y se entrenan para los concursos, toman como ejemplo a los ídolos que ganan campeonatos y los emulan. Al fin y al cabo, todos quieren vencer, quizás incluso llegar a ganar las olimpiadas o el campeonato del mundo. Por eso vale la pena observar detenidamente el trabajo, las cualificaciones y la calidad de los jueces de competición, así como la calidad de los adiestradores y su filosofía. Los jueces de competición representan al grupo de personas que mayor influencia ejerce en el sistema imperante. Básicamente, deciden acerca de la práctica de una equitación buena o menos buena.

 

La formación

El reglamento de la formación profesional y de los exámenes de la FN (AP0)5 regula detalladamente la muy amplia y continuada formación y cualificación de los jueces que participan en competiciones en el territorio federal alemán. Apenas hay otros países con exigencias tan altas en cuanto a las prestaciones de los jueces.

La mayoría de los jueces, que afrontan la dura tarea de juzgar las competiciones durante muchos fines de semana, han obtenido las cualificaciones correspondientes después de muchos años de gran compromiso y mucha dedicación. Desempeñan su función con compromiso y profesionalidad. No obstante, para poder cumplir con esta función en los concursos más exigentes, los jueces no solo deberán ser capaces de mostrar sus propios éxitos en las competiciones y sus amplios conocimientos teóricos, sino también de desarrollar los conocimientos necesarios para poder comprender la naturaleza del caballo.

En mi opinión, para ser un juez competente, no es necesario haber tenido éxito en niveles superiores de competición. Sin embargo, un juez debería tener muy clara la escala de entrenamiento y saber distinguir entre la sensación de sentarse sobre un caballo flexible y permeable y sobre un caballo tenso y bloqueado.

Si se siguen los principios fundamentales del entrenamiento, en una competición debería juzgarse antes que nada si el caballo que se presenta, sobre todo en una prueba de doma clásica, ha sido adiestrado de forma correcta y natural o si
se le ha sometido a un entrenamiento forzoso. Haciendo uso de la antigua nomenclatura:

“Hay que decidir si el caballo que se presenta se mueve con las extremidades o con el dorso. La ejecución y la corrección técnica de los movimientos deberían juzgarse de forma secundaria”.

En la literatura clásica se considera que un caballo se mueve con las extremidades cuando lleva el eje cabeza-cuello más alto y más corto de lo que permite su entrenamiento y desarrollo muscular. Un caballo que se mueve con el dorso se describe como aquel cuya fuerza de empuje y energía del tercio posterior pasan a través de un dorso relajado que se emplea positivamente con la correspondiente elevación (relativa) hasta la nuca y, con ello, hasta la boca. Este tipo de caballo brinda al jinete un asiento flexible y, de esta forma, puede desarrollar el potencial de sus aires naturales.

En los concursos no debería premiarse el trote más amplio o espectacular sin considerar si el caballo se mueve con las patas o con el dorso. Además, los movimientos muy expresivos en los aires propulsores solo se dan en las pruebas de más alto nivel, cuando el desarrollo de la capacidad de carga en los posteriores es más avanzado.

“Con respecto a la formación de los jueces, me parece especialmente importante que estos agudicen la vista y desarrollen tal capacidad para juzgar que puedan distinguir las secuencias de movimiento naturales de aquellas forzadas artificialmente”.

Una actuación espectacular, aunque no libre de tensión. Fíjense en el interior derecho, muy retrasado, y en la grupa elevada, así como en la cola en tensión
Una actuación espectacular, aunque no libre de tensión. Fíjense en el interior derecho, muy retrasado, y en la grupa elevada, así como en la cola en tensión

 

La independencia

Una poderosa e independiente red de especialistas destacados en el ámbito de los jueces del deporte ecuestre tendrá una importante influencia sobre la calidad del entrenamiento, y podrá llegar incluso a influir en nuestros centros hípicos. Naturalmente, es responsabilidad de las federaciones, como la FN, el seleccionar y supervisar la cualificación y la calidad de los jueces de competición.

Parece que nuestros jueces, hasta en los más altos niveles oficiales, hayan perdido la capacidad de distinguir entre el schwung (propulsión) y el trote en tensión y «passageado». El análisis detallado de los comentarios y de las puntuaciones por personalidades de alto rango de los juegos mundiales ecuestres 2006 es la prueba de ello.

Los trotes tensos se elogian como trotes largos valiosos y a unas pisadas «passageadas» completamente tensas se las considera un passage extraordinario. Por eso, pienso que el sistema vigente de valores y puntuaciones es muy engañoso, cuestionable y peligroso, en el que predomina a una manera de juzgar que se rige por criterios técnicos.

Asimismo, hará falta un gremio que pudiera intervenir de forma competente en caso de que se produzcan decisiones controvertidas o surjan dudas.

Así pues, el trabajo de los jueces de competición no debería ser valorado por los participantes de los concursos u otras personas con intereses económicos. Deberá existir una comisión independiente que se dedicará a hacerlo. Debería concederse una absoluta prioridad a la calidad y la autonomía de los jueces. En la formación profesional, los principios de la escuela de equitación clásica deben ser la base para dar las puntuaciones en una mayor medida de lo que lo han hecho hasta ahora. Deben examinarse estrictamente los conocimientos existentes en beneficio de nuestros caballos.

En este sentido, una selección cuidadosa, una formación amplia y el examen de los jueces de competición, sobre todo de los jueces de doma clásica, es uno de los deberes más urgentes para detener y revertir la evolución actual del deporte de competición.

Otro aspecto urgente es que se reformule el sistema de puntuación, sobre todo en los concursos de doma clásica internacionales. Ya existe una base para ello, pero debe considerarse de forma competente y consecuente. Básicamente, a la hora de puntuar, debería darse más importancia a la calidad del entrenamiento que a la ejecución técnica. En consecuencia, debe evitarse la tendencia a crear un show espectacular a costa de los caballos.

Amistad en la competición
Amistad en la competición

 

«Las decisiones de los jueces deben basarse exclusivamente en criterios técnicos, de forma libre e independiente». Efectivamente, esta afirmación también debería considerarse en el deporte ecuestre. No obstante, lamentablemente, no siempre es así. Al contrario, la selección de los jueces suele correr a cargo de los organizadores, a incluso de los participantes, ya sea directa o indirectamente. Ante estas condiciones, su juicio difícilmente puede ser neutral y objetivo. por eso, actualmente es muy habitual que la participación de importantes jinetes dependa de la presencia o ausencia de determinados jueces. No obstante, la objetividad y la independencia son requisitos imprescindibles para que un deporte sea honrado.

El nombramiento de un juez para las pruebas de rendimiento ecuestre debe correr a cargo de una institución superior y no debe depender de los organizadores ni de los participantes. Puede hacerse, por ejemplo, por sorteo.

La selección previa deben realizarla, por ejemplo, las federaciones locales, basándose en unos criterios neutrales y comprensibles. En el ámbito nacional, dicha selección debe correr a cargo de las federaciones regionales o de la FN, y en el ámbito internacional, debe ser responsabilidad de la FEI. Debe impedirse en todo momento que los organizadores o los participantes en la competición intervengan en la composición del equipo de jueces, por ejemplo, no publicando la selección definitiva de los jueces hasta el mismo día del evento.

En sentido contrario, con ello queda excluido el hecho de que a un juez no se le vuelva a invitar a un concurso como consecuencia de una decisión impopular. Los jueces deberán poder pronunciar un juicio comprensible para todo el mundo de forma libre e independiente.

Dos fragmentos de la obra de Erich Glahn, Reitkunst am Scheideweg(Los dos caminos de la equitación), publicado por la editorial Erich Hoffmann (1956) Heidenheim,

“El reportero alemán, el Dr. G. Rau, criticó repetidamente a los jueces que ignoraban los pisadas tensas y la falta de actividad en el dorso de los caballos. Tenía esa percepción clara que es necesaria hoy en día, reconocía el origen de los errores en los concursos; sin embargo, actualmente no existe nadie como él que apunte con el dedo los errores de los jueces”.

“Identificar el aire puro, que significa diferenciar entre un caballo que se mueve con las extremidades y el que se mueve con el dorso es el primer requisito. De acuerdo con la política por la que se rige la Asociación Alemana de Jueces, esto ya debería separar el trigo de la paja. Solo después de que se haya satisfecho este requisito, se podrá continuar con la evaluación”.

Público campeonato
Campeonato Mundial de Aquisgrán 2006, concurso completo

 

El público

En las pistas de concurso, no solo los jinetes desempeñan una función importante, sino también el público. Las propias raíces de muchas personas que actualmente trabajan con caballos ya no están en la agricultura, la cría de animales o una profesión afín. Desde luego, ya no existe un conocimiento fundado acerca del caballo, por ejemplo, acerca de sus conductas y sus características físicas. Al contrario, lo que en ingles se conoce como horsemanship, (el manejo del caballo), se ha convertido en algo raro hoy en día. Muchos obtienen sus conocimientos a partir de los medios de comunicación. Actualmente, la televisión retransmite imágenes del deporte ecuestre de todo el mundo. En el año 2005, en Alemania se emitieron por televisión un total de más de 400 horas dedicadas al deporte ecuestre. Hubo 34 concursos que alcanzaron más de una hora de tiempo de retransmisión, a las que hay que añadir varios cientos de horas con reportajes, series o largometrajes acerca del caballo.

Sin embargo, un público poco o nada entendido se deja conquistar más fácilmente por actuaciones espectaculares, sin entender los mecanismos subyacentes. No todos los jueces consiguen liberarse del ruidoso entusiasmo del público en sus decisiones. Por esta razón, es importante que la prensa hípica y los medios de comunicación contribuyan a la formación de los jinetes y espectadores y ayuden a formar opiniones generales, y en particular a que sean capaces de reconocer cuando un caballo está siendo maltratado y a evaluar los aires que pueden parecer espectaculares pero que, sin embargo, son incorrectos.

 

Foto de Inicio: Una buena tradición: jueces experimentados comentan el ejercicio. El jinete aprende, el público entiende…

Texto y fotografías: Del libro El dedo en la llaga, del Dr. Med. Vet. Gerd Heuschmann y publicado por Picobello Publishing

Deja una respuesta