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Tipos de saludo tras la parada: ¿qué es lo que no debes hacer?

Hay jinetes cautos y jinetes que arrean

Podría llevar a la confusión el hecho de que esta referencia a la parada final esté incluida en el epígrafe “Parar a raya”, cuando ningún párrafo del reglamento dice que esta parada final tenga que estar precedida de un arreón ni tenga que hacer raya. Simplemente hay que hacerla desde cualquier clase de galope. Definición, jinetes cautos y jinetes que arrean, dónde debe hacerse la parada, diferencias entre la entrada y la despedida, tipos de saludo…Descúbrelo todo en este post.

PARADA, INMOVILIDAD, RECTITUD Y SALIDA AL PASO

Definición

El Anexo V del Reglamento nos dice: “La parada final debe ser delante del Presidente del Jurado en inmovilidad. La mayoría de los caballos no observan este último punto, ni el jinete los coloca de forma adecuada. Los jueces distinguirán en sus calificaciones a aquéllos, que, terminando el ejercicio, sean capaces de relajar al caballo conservando la inmovilidad y saliendo de la pista al paso, conservando la cadencia de éste, sin perder nunca el contacto con él”.

Jinetes cautos y jinetes que arrean

Los hay que, sin exponer, van “amarrando” puntos a lo largo de los ejercicios al galope y también en éste, a base de un galope más o menos reunido que hará más fácil la parada y más difícil que el caballo saque la grupa. Otros paran a raya y se la juegan, con el peligro de una parada descompuesta, sin rectitud ni inmovilidad, por lo que esta apuesta por la dificultad puede salirles cara.

Saludo antiguo

 

A través de la actuación del jinete casi podemos adivinar cómo será la parada final, porque los jinetes cautos amarran siempre y los de temperamento arriesgan hasta el final. El juez debe valorar positivamente al jinete que arriesga y ser más avaro con el calculador, el que va midiendo cada tranco, aunque sin olvidar que la corrección puede llegar a ser más importante que la alegría y la espontaneidad. Son las dos caras de la misma moneda, difíciles de evaluar.

¿Dónde debe hacerse la parada?

Parece existir una contradicción dentro del mismo Reglamento acerca del punto donde debe hacerse la parada final. El Anexo V dice que debe ser delante del Presidente, y la Hoja de Ejercicios para los jueces, que debe ser en el centro de la pista. El centro de la pista es el punto equidistante de sus cuatro esquinas, mientras que “delante del Presidente” está sin determinar, aunque parece sugerir que la parada debe hacerse bastante próxima al mismo. Esta falta de precisión hace que cada jinete pare donde quiera. El prudente, sin exponer, suele hacerla en el centro, y el que arriesga, para tan cerca del Presidente que, en ocasiones, nos hace temer por su vida.

No se pide dinero

 

Diferencias entre la entrada y la despedida

Sólo encuentro dos. La primera, que en la entrada, el caballo debe galopar a la mano derecha, y en la despedida lo puede hacer a cualquiera de las dos manos. La segunda, que en la entrada, el ejercicio termina con el saludo del jinete, mientras que en la despedida, el saludo del jinete no termina con su actuación, puesto que hay que esperar a que el caballo salga de la pista, porque su salida al paso castellano entra en la puntuación de este último ejercicio.

En la práctica es frecuente ver un paso largo, con las riendas en la mano como marca el Reglamento, pero en banda. Creo que, en general, los jueces no concedemos importancia a este hecho, centrando nuestras notas en la calidad del galope, la corrección de la parada y la inmovilidad del caballo.

Los jueces

Juzgar Doma Vaquera es muy difícil. El juez de carreras sólo tiene que confirmar, si no hay reclamaciones, el orden de llegada que le dio la “photo finish”. El juez de Salto se limita a ir sumando los puntos de derribos y desobediencias. El juez de Doma Clásica, con un trabajo más arduo que los anteriores, califica siguiendo la secuencia y el lugar de cada movimiento iguales para todos los jinetes. El juez de Doma Vaquera lo tiene mucho más complicado. La libertad que nuestro Reglamento concede al jinete para realizar cualquier ejercicio cuando y donde quiera, pudiendo alternar movimientos de paso o galope a su voluntad, exige una concentración total, sin posibilidad de distracción.

Destocarse

La Federación Hípica organiza con frecuencia cursos para titular jueces territoriales de Doma Vaquera, como paso previo para que puedan ser más adelante jueces nacionales. Es necesario continuar con esta labor porque la experiencia demuestra que de cada cien nuevos jueces territoriales sólo saldrá con el tiempo un buen juez nacional. Preparación deficiente, falta de interés y hasta circunstancias ajenas a la propia voluntad del nuevo juez le hacen quedarse en el camino. Y no quiero pensar en aquéllos que, por vanidad, sólo quieren el título para hacerse unas tarjetas que digan: Agapito del Nabo y de la Pera juez de Doma Vaquera

Más de un juez antiguo, de cualquier disciplina, con la inconsciencia que a veces dan los años, se atrevió a escribir “El Decálogo del Juez”, intentando resumir en diez frases las cualidades que ha de atesorar. Todos coinciden en la honestidad, la objetividad y la independencia, pero se olvidan de lo importante que es tener afición y quizá de otra que me contó el juez Yanser.

 

El juez Yanser

Años atrás fui a juzgar caballos españoles a Fort Worth, en Texas. El escenario era una enorme “arena” –como llaman allá a la pista-, tan grande que con frecuencia se divide en dos para que se puedan juzgar a la vez dos “shows” distintos. Yo juzgaba en una mitad y Mr. Yanser en la otra. Era un hombre campechano y seguro de sí mismo, respetado por prestigio que le daba su saber, su imparcialidad y su veteranía. Surgió una simpatía mutua, y a pesar de su mal español y de mi peor inglés lográbamos entendernos y nos buscábamos en los descansos. Un día, hablando de las cualidades que debe tener un juez, se fue directo al grano y más o menos me dijo:

My friend, un juez “se hace” con tiempo y práctica, pero también “nace”.Si no tiene buen ojo, por mucho que estudie y se prepare no llegará arriba. Si quieres saber si un juez es malo, te basta con ver a su mujer, porque si no es agraciada, un hombre que aguanta la fealdad todos los días de su vida es incapaz de sentir la belleza que desprende un caballo”. ¿Será verdad?

 

Texto y fotos: La Doma Vaquera Actual de Juan Llamas editado por Grupo Lettera, S.L.

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Esta entrada tiene un comentario

  1. Antonio Aragón

    Muy interesante sus datos sobre la doma

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