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La profesión de mayoral, imprescindible en el campo bravo

Conoce a Curro, el guardián de la bravura

Si hay alguien que es el auténtico guardián de la bravura ese es el Mayoral. Una figura que, por suerte, se está volviendo a recuperar en el campo bravo, tras unos años donde pocos aguantaban la dureza del campo, y algunos ganaderos realizaban ellos mismos esta labor. Se vuelve a hacer un elemento indispensable para el buen funcionamiento de una ganadería

En plena temporada, es difícil que un mayoral te atienda, por ello queremos dar las gracias a nuestro entrevistado Miguel Ángel Sánchez, más conocido en el mundo del toro como “Curro”.

Para realizar este reportaje me ayudé de dos auténticos sabios en el mundo del toro, Javier Cisneros y Fermín Rodríguez. Con dos asesores como estos poco podía fallar. El lugar elegido sería la ganadería donde actualmente trabaja Curro, Pedraza de Yeltes situada en pleno campo de Salamanca.

Una ganadería joven pero con mucha historia. Digo esto porque dicha ganadería se remonta a 1902, pasando de unas manos a otras hasta llegar, el año 2006, a manos de los actuales propietarios, José Ignacio Uranga, Luis Uranga y José Luis Rodríguez. Dichos propietarios ponen la ganadería en manos del matador de toros José Ignacio Sánchez como gestor de la misma y a nuestro amigo Curro como mayoral.

Ganadería formada con vacas y sementales del hierro de El Pilar que José Ignacio Sánchez ha ido dando forma para conseguir un toro espectacular.

La verdad es que el maestro en la plaza también conoce el toro en el campo y quién mejor para hacer una buena gestión que el auténtico torero.

Curro apartando al ganado bravo

La mano derecha del maestro es un muchacho joven pero sabio en el trato y cuidado del ganado. Curro nació en pleno campo charro, concretamente en un pueblecito llamado La Fuente de San Esteban. De la mano de su abuelo, hombre muy aficionado al mundo del toro, empezó acudiendo a ver los animales en el campo y a conocer el campo bravo. Desde muy pronto comenzó ayudando a Manolo Giménez, amigo de Curro y ganadero de bravo. Todavía, en edad escolar, mientras sus compañeros jugaban al fútbol y se escapaban del colegio para irse a jugar, Curro lo hacía para aprender a ser mayoral. Fueron sus primeros pasos en el caminar los que le llevarían a la ganadería de El Puerto de San Lorenzo donde estaría trabajando alrededor de cinco años. Más tarde pasaría a formar parte del equipo de trabajo de Pedraza de Yeltes don lleva los mismos años que el nuevo hierro.

Curro, en la actualidad, alterna su trabajo de mayoral con su otro trabajo como picador de toros. Otra faceta que a la hora de realizar tentaderos en la ganadería también es importante que el mayoral conozca de primera mano la reacción del animal en el caballo.

Además de mayoral, Curro es picador

Curro, ¿es duro el campo?

Mucho. Te tiene que gustar mucho. Aquí no hay días de fiesta ni vacaciones cuando tú quieres, tampoco horarios. Si tienes familia también se complica más. Por suerte a mi mujer y a mi hijo les gusta el campo y los toros. Vivir en la finca es necesario para el trabajo. Yo lo he vivido desde pequeño y es lo que más me gusta. Esto te hace llevarlo mejor. Tengo la recompensa de estar trabajando en lo que me gusta, cosa que no todo el mundo lo puede decir.

¿Cómo es su día a día?

Lo primero es repasar el ganado y que esté todo bien. Empezando por los toros y terminando por las vacas; si hay alguna parida, que no haya ningún herido; también ver los cercados para que esté todo bien.

Tengo compañeros que echan de comer y me ayudan en las labores típicas del campo bravo. También hay días en los que tengo que salir a acompañar la corrida que se va a lidiar.

La base sí, pero no la ejecución. En el campo con el ganado bravo no te permite errores ni lucimientos. Los movimientos, sobre todo la media vuelta, tiene que ser más templada y rápida.

En la pista la presión te la pone el cronómetro y el público y es momento para el lucimiento.

Nuestro protagonista está atento a todas las tareas del campo

¿Conoce la Asociación de Mayorales?

Sí, aunque yo formo parte de la Unión de Mayorales que se formó hace dos años a raíz de unos problemas en la asociación. La mayoría de los mayorales están en la Unión. Es bueno estar unidos y tener una forma de reivindicar nuestros derechos y un asesoramiento ante cualquier duda o problema con una empresa. También es una forma de darse a conocer y que se nos respete.

¿Qué tipo de toro le gusta?

Me gusta el toro que embista. Me gusta mucho el que nosotros criamos. Es un toro con mucha caja y aguanta muy bien la lidia. Dentro de lo que se compró hemos intentado guardar las líneas antiguas del raboso porque creemos que es mejor y, de hecho, se están viendo los resultados. El aficionado quiere un toro que dé espectáculo en todos los tercios no solo en la muleta, y nosotros, ese, es el camino que queremos.

¿Qué torero destacaría?

Curro Díaz, Morante y, por supuesto, José Tomás.

Una anécdota que nos contaría.

Tengo muchas, pero hay una que acompañando una corrida a Francia íbamos tres en el camión y la policía francesa me hizo bajar y me pasé cuatro horas en una gasolinera esperando.

No fue una experiencia grata porque encima en un país que no conoces…

¿Son partidarios de mover los toros?

Sí. Son atletas y como tal necesitan entrenamiento. Si ese entrenamiento se lo haces desde añojos se ven resultados. Se evitan muchas peleas entre ellos, el manejo es mejor para encerrar.

Pedro de la Vega, mozo de espadas siempre atento

¿Es partidario de enfundar los pitones?

Yo sí. Hay ganaderos que les da mucho trabajo y encastes difíciles de manejar que quizá no sea conveniente. Pero siempre que se pueda, soy partidario de ponerlas pese a ser un trabajo más, pero a la larga es beneficio para todos.

Con las fundas se gana longitud al pitón porque el toro, aunque se rasque en la tierra, no lo desgasta.

¿Un futuro?

Me gustaría mucho continuar en esta casa. Estoy muy contento y, pese a ser joven, no me importaría jubilarme aquí. Tengo que agradecer a los propietarios la confianza puesta en mí y sobre todo el trato recibido. También tengo la suerte de trabajar junto a José Ignacio Sánchez, que además de ser paisano es una gran persona.

Bueno, pues queremos dar las gracias a Curro por su colaboración para realizar este reportaje y al maestro José Ignacio Sánchez. Desearles desde las páginas de Trofeo A la Vaquera mucha suerte en este camino tan difícil que es la cría del toro bravo y esperar que recojan muchos triunfos.

Por parte de la Revista Galope Digital, publicamos de nuevo este artículo, anteriormente lo hicimos en el nº 68 de la Revista Trofeo A La Vaquera, debido al interés mostrado por nuestros lectores, muchos de ellos aficionados a nuestro campo bravo. Su excepcional contenido, basado en el quehacer diario de Curro “el guardián de la bravura”, favorece a esta importante profesión.

Texto y Fotos: José Manuel Jiménez

 

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