Revolver no es volver a volver, como creen algunos aficionados
En las medias vueltas y el revolver sobre las piernas, el caballo debe partir de un galope franco. Sobre la línea recta, con impulsión, sin que haya una preparación previa como por desgracia observamos cada vez más.
MEDIAS VUELTAS Y REVOLVER SOBRE LAS PIERNAS AL GALOPE A AMBAS MANOS
La Doma Vaquera y la Doma Clásica
Las medias vueltas y el revolver es otro ejercicio vaquero “made in Las Marismas” con coeficiente 2 que los jinetes de Doma Clásica ni sueñan en poder hacerlo. Nuestra doma no viene, como la Clásica, de un picadero cubierto –alguno hasta con calefacción- del que nunca se sale y donde caballo y jinete se protegen del frío que viene del Polo Norte. Esta doma viene de las faenas del campo, donde la vaca o el toro bravo no tienen ninguna reacción programada y, si se arrancan, el jinete tiene que proteger su vida y la del caballo tomando en un instante la dirección que más le convenga.
La Doma Vaquera a lo antiguo tenía por objeto domar un caballo en el menor tiempo posible, quizá más que domándolo, sometiéndolo de tal manera que hasta se llegaba a la humillación. Aún hoy día, en la Doma Vaquera actual, más técnica y menos brutal, aunque muy exigente, un caballo vaquero de competición dura en las pistas tres o cuatro años. En cambio, en la Doma Clásica, esos caballos centroeuropeos pesados a la mano, sin equilibrio natural ni temperamento y sin capacidad para flexionar sus corvejones, necesitan años de doma para conseguir algo o mucho de ellos. La lenta progresión en su adiestramiento, así como el buen sistema de no obligarlos a hacer ningún movimiento si no están preparados para ello, consiguen caballos que pueden competir hasta los dieciocho años, aunque haya que darles dos patadas a cada tranco, contraviniendo esa regla de la ligereza:
“Con la presión de las piernas un caballo debe salir hacia delante como un hueso de aceituna apretado por los dedos”.
Son caballos mecanizados, autómatas, cuya falta de docilidad se puede enmascarar con la disciplina. La revista “Panache” comentaba hace años “la salida de pista de Achat ” –caballo de la gran Christine Stükelberger- embalado como un rayo camino de la cuadra, con su amazona acostada en la grupa, tirando con todas sus fuerzas de las riendas. Este caballo trabajó bien en la pista. Fuera de ella se comportó como un potro cerril. ¿Puede concebirse un caballo vaquero proporcionando un espectáculo parecido?
A pesar de todo la Doma Vaquera ha procurado asimilar lo bueno, y hay mucho, de lo que contiene la Doma Clásica. La preparación previa del caballo y la paciencia eran cosas a copiar. Ahora forasteros aficionados a la Doma Clásica ven una prueba de Doma Vaquera y no se lo creen.
Las medias vueltas
Poco voy a decir de las medias vueltas, pues la manera de hacerlas es prácticamente igual que la explicada en los capítulos que tratan de las medias vueltas al paso y de las vueltas enteras al galope.
La hoja de notas de los jueces marca en sus directrices:
“Partiendo de una línea recta, equilibrio, incurvación, partida y caída con la mano en el sentido de la media vuelta, reunión”.
Por otro lado, el anexo V del Reglamento de Doma Vaquera dice bajo el título de “Volver y revolver”:
“En las medias vueltas y el revolver sobre las piernas, el caballo debe partir de un galope franco. Sobre la línea recta, con impulsión, sin que haya una preparación previa como por desgracia observamos cada vez más. El caballo debe remeter sus posteriores, colocarse debajo de la masa y, elevando sus anteriores, realizar un giro de 180º o un círculo, saliendo con impulsión y a la misma mano en la que inició el ejercicio. Nunca debe haber parada intermedia o inmovilidad.”
Revolver
¿Qué es revolver? Algunos aficionados creen que es volver a volver, es decir, repetir las medias vueltas. Así es, pero el Reglamento admite también las vueltas enteras. Son movimientos que pueden alternarse y repetirse, y que deben hacerse a ambas manos.
Se trata de demostrar cómo un caballo vaquero, con impulsión y equilibrio, puede cambiar su centro de gravedad en cualquier momento, dispuesto a salir en la dirección que quiera su jinete. No se trata de un ejercicio de Doma Clásica, con un orden establecido, donde se debe cambiar de aire o de movimiento exactamente donde hay una letra en el borde de la pista. En la Doma Vaquera –lo digo otra vez- se permite al jinete realizar sus ejercicios en el orden que quiera y en el lugar que desee. Es importante, a la hora de puntuar, la ausencia de rigidez y de resistencias, y en consecuencia ver un caballo que obedece con fluidez, con ligereza.
Entre la salida de la media vuelta o la vuelta entera y el movimiento siguiente, lo ideal es que medien cuantos menos trancos mejor. ¿Por qué?
Un caballo falto de impulsión necesita varios trancos de galope para recuperarla, sobre todo si la última salida no fue buena. Por esta razón los jueces puntuamos mejor al caballo que sólo necesita un tranco, señal de una buena impulsión. Si además las vueltas, enteras o medias, fueron buenas, la puntuación podría llegar a 9. Si el caballo necesitó más trancos, la nota se queda en regular, como ocurre cuando el jinete las empieza con el caballo atravesado, para terminar la media vuelta o la entera cumpliendo menos grados de los debidos.
Algún jinete puede arrancar al galope y hacer una parada intermedia y hasta un parón antes del giro. Llama la atención al público desconocedor, que hasta aplaude, pero no es el movimiento que pide el Reglamento, y la nota tampoco puede ser buena.
Texto y fotos: La Doma Vaquera Actual de Juan Llamas editado por Grupo Lettera, S.L.