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Cómo controlar los nervios cuando montas

Los nervios no deberían impedirte divertirte

Los nervios demuestran que te preocupas, que no te sientes complaciente. Los nervios pueden agudizar tu concentración y ayudarte a mejorar tu juego; pero también pueden impedir que te lo pases bien

Puedes congelarte de miedo y preguntarte por qué estás haciendo todo esto en primer lugar. Los nervios no deberían impedirte divertirte.

Los nervios pueden aparecer en cualquier momento. Para algunos, es saltar o competir, o simplemente ser observados. Para otros, el paseo al aire libre puede ser un desafío. Es posible que tengas que montar en caminos transitados o pasar junto a cosas que asusten. Nuestro entorno de equitación es solo una de las muchas cosas que no podemos cambiar o controlar, y necesitamos aceptarlo. Lo que sí podemos cambiar es nuestra actitud hacia estos escenarios difíciles.

 

Enfócate en la respiración

Concentrarte en tu respiración es un excelente punto de partida. Sé consciente de tu respiración cuando aparezcan los nervios; se volverá superficial.

Concéntrate en tomar respiraciones más lentas y profundas, mantenlas durante un momento y exhala lentamente. Puedes hacer esto en cualquier momento; en camino al establo, a la competición, o mientras estás montando. Intenta respirar dentro y fuera al ritmo de los pasos de tu caballo. También puedes verificar tu posición corporal en la silla al mismo tiempo; quieres estar seguro, por si tu caballo hace algo repentino. Piensa de manera práctica en lugar de entrar en pánico.

Si tiendes a sentirte tenso durante el paseo al aire libre, habla en voz alta, conversa con tu caballo. ¿Qué tal una canción? Distraerte intentando recordar letras puede ayudar. Puedes ser consciente de tu entorno sin concentrarte en algo potencialmente problemático. Sin darte cuenta, podrías estar enviando señales a tu caballo de que algo peligroso o preocupante se aproxima.

Tu caballo captará tus vibraciones, así que ten algunas herramientas preparadas para contrarrestar eso.

Si eres propenso a sentirte tenso mientras montas, habla en voz alta, habla con tu caballo, canta…

 

Sé lógico

Piensa en ser menos emocional y más lógico hacia la situación en la que te encuentras. Si estás compitiendo, recuérdate que has entrenado para esto y has llegado en buena forma. Si estás entrenando, estás allí para aprender, el fracaso no es intentarlo en absoluto, has llegado y estás haciendo el esfuerzo y, a veces, en ciertos días, es suficiente.

No te castigues, busca lo positivo en cada situación y no consideres que cualquier cosa que no salga según lo planeado sea un fracaso. Los caballos siempre necesitan un plan A y un plan B. Si ajustas tu perspectiva, ninguna de las situaciones inesperadas que surjan debería ser vista como un fracaso, intenta pensar en ellas como experiencias de aprendizaje en su lugar. Preocuparse realmente es el ladrón de la alegría y preocuparte antes de montar sobre cómo será tu paseo, no cambiará lo que suceda durante el paseo. Tal vez podrías decirte a ti mismo y a tu caballo que hoy será un buen día y tu paseo será divertido.

Una herramienta popular para ayudar con los nervios es visualizar cómo te gustaría que fuera tu paseo, o tu ronda. La manifestación es una forma de extender ese pensamiento positivo; si piensas en cómo quieres que vaya algo, si te enfocas en ello lo suficiente, puedes ayudar a que suceda. No hay prueba científica de esto, pero tener un objetivo a alcanzar no es algo malo.

Escríbelo

Hacer notas en tu teléfono, anotar todas las cosas buenas que sucedieron mientras montabas, puede reforzar experiencias positivas y ayudar a dejar de obsesionarse con lo negativo. Haz un diario y asegúrate de registrar los buenos momentos; esas pequeñas victorias realmente cuentan. Eso podría ser cualquier cosa, desde subirte y salir del establo sin incidentes, montar hasta cierto punto sin drama, incluso lidiar con un drama durante tu paseo y superarlo; eso es éxito.

Si escuchas cosas que te inspiran, o citas inspiradoras, escríbelas. «Un jinete valiente hace un caballo valiente», «Lo que pasa por tu mente, pasa por la rienda». Junta todo esto y antes de que te des cuenta, has creado un mantra para recitar.

 

Texto y foto: FEI/Katie Roebuck

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